Un análisis genómico de antiguos restos humanos procedentes de Marruecos, en el noroeste de África, revela que la agricultura fue introducida por emigrantes europeos y levantinos del Neolítico y luego adoptada por los grupos locales. Un equipo de investigadores de Suecia, España y Marruecos presenta sus resultados en Nature.

En el noroeste de África, el estilo de vida pasó de la búsqueda de alimentos a la agricultura hace unos 7.400 años, pero lo que desencadenó ese cambio seguía sin estar claro. Estudios anteriores sostienen opiniones contradictorias: que los agricultores neolíticos europeos emigrantes llevaron el nuevo modo de vida al norte de África, o que los cazadores-recolectores locales adoptaron prácticas agrícolas.

Encontramos una notable continuidad poblacional hasta hace siete mil quinientos años en el noroeste de África, donde un grupo de recolectores locales había vivido -aislado- durante al menos 8.000 años, quizá desde mucho antes, afirma el profesor Mattias Jakobsson, de la Universidad de Uppsala, que dirigió el estudio.

Restos humanos en el yacimiento de Ifri n’Amr o’Moussa | foto Youssef Bokbot

Entonces ocurrió algo. Tras permanecer aislada durante tanto tiempo, el noroeste de África recibió dos nuevas ascendencias en un plazo de unos 1.000 años: una oleada migratoria que seguía la costa septentrional del Mediterráneo y otra, la meridional.

Una ascendencia extranjera relacionada con los primeros agricultores europeos se encuentra en el norte de África en los restos del contexto neolítico más antiguo, hace unos 7.500 años, afirma la Dra. Luciana Simoes, de la Universidad de Uppsala, primera autora del estudio, lo que indica que los emigrantes procedentes de Europa introdujeron este nuevo estilo de vida.

Inspirados por sus nuevos vecinos, en unos pocos cientos de años los recolectores locales empezaron a cambiar su modo de vida por la agricultura y los dos grupos convivieron durante al menos otro siglo, afirma la Dra. Cristina Valdiosera, de la Universidad de Burgos (España), que codirigió el estudio.

La excavación en Kaf Taht el-Ghar (KTG) | foto Juan Carlos Vera

Este fenómeno no se ha observado en ninguna otra parte del mundo, afirma Torsten Günther, de la Universidad de Uppsala.

Hace unos 6.300 años, apareció una nueva ascendencia genética en los restos humanos, probablemente como consecuencia de la llegada de emigrantes del Levante al mismo tiempo que el pastoreo en la región. Más tarde, las tres ascendencias se mezclan durante el Neolítico Tardío.

Me parece estupendo que los datos genómicos generados en este estudio confirmen lo que la decoración cerámica ya apuntaba: una difusión unidireccional desde la costa ibérica hasta la Península Tingitana, hace unos 7.500 años, afirma el Dr. Rafael Martínez Sánches de la Universidad de Córdoba, España.

Rellenar estas lagunas cronológicas clave en el Magreb resultó crucial para comprender mejor cómo se adquirieron las diferentes estrategias de subsistencia en esta región, afirma el Dr. Youssef Bokbot, del Instituto Nacional de Ciencias de la Arqueología y del Patrimonio de Marruecos.


Fuentes

Uppsala University | Simões, L.G., Günther, T., Martínez-Sánchez, R.M. et al. Northwest African Neolithic initiated by migrants from Iberia and Levant. Nature (2023). doi.org/10.1038/s41586-023-06166-6


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