Persia aparece por primera vez en fuentes asirias del tercer milenio a.C. en la forma asiria antigua Parahše, que designa una región perteneciente a los sumerios.

El nombre de esta región fue adoptado por un antiguo pueblo nómada iraní que emigró a la región del oeste y suroeste del lago Urmia, llegando a ser conocidos como «los persas»

La región original de los persas, Persis | foto Wikimedia Commons
Ciro II el Grande estableció la primera dinastía del Imperio Persa, los Aqueménidas, en el año 550 a. C. El imperio cubrió gran parte del mundo antiguo hasta que fue conquistado por Alejandro Magno.

Las fuentes clásicas suelen contradecirse a menudo a la hora de reportar cifras, exagerándolas o minimizándolas según el interés, pero también porque no existían registros fiables a los que referirse.

Más de dos siglos antes de que se crease la primera calzada romana, la Vía Apia, el rey persa Darío I proyectó y construyó una carretera que cruzaba todo la parte occidental de su imperio.

Las decisiones tomadas mientras estaban bebidos las reexaminaban ya sobrios al día siguiente, y si seguían estando de acuerdo en que eran acertadas, las ponían en práctica.

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La batalla de la Puerta Persa, la última resistencia a Alejandro en un desfiladero antes de alcanzar Persépolis

En el invierno del año 330 a.C., tras una rutilante victoria en Gaugamela, Alejandro Magno controlaba de facto la mayor parte del Imperio Aqueménida y perseguía al rey Darío III, quien refugiado en Ecbatana trataba de organizar un nuevo ejército con el que resistir. Pero necesitaba tiempo y el designado para proporcionárselo fue el sátrapa Ariobarzanes, que preparó una emboscada en un lugar denominado la Puerta Persa