Al leer u oír la expresión Abracadabra inmediatamente pensamos en brujería, encantamientos, magia y cosas por el estilo. Hasta hace pocos años muchos magos la empleaban en sus espectáculos, y posiblemente hay quien lo sigue haciendo. La palabreja no es un invento moderno, en realidad no se sabe ni su antigüedad ni cuál es su origen.

Algunas etimologías la hacen derivar de una frase hebrea que significaría crearé al hablar, otras sugieren que proviene del griego, del latín o de otros idiomas, como del arameo avra gavra (crearé al hombre), supuestamente pronunciado por Dios el sexto día de la Creación. Pero ninguna evidencia documental ni arqueológica se ha encontrado que confirme cualquiera de estas hipótesis.

Pero lo que sí se sabe es dónde aparece mencionada la palabra Abracadabra por primera vez. Y ello nos lleva a la Roma de finales del siglo II y comienzos del III d.C.

Caracalla, cuadro de Lawrence Alma-Tadema, 1902 / foto dominio público en Wikimedia Commons

En el año 193 ascendía al poder Septimio Severo, quien tenía dos hijos: Publio Septimio Geta y Lucio Septimio Basiano (más conocido en la historiografía como Caracalla). Como tutor de los niños Severo designó a uno de los principales erúditos de la época, Quinto Sereno Sammonico.

De Sammonico apenas se conoce nada de su vida salvo lo poco que menciona la Historia Augusta, una colección de biografías de emperadores romanos posiblemente escrita en tiempos de Diocleciano o Constantino I, pero que los historiadores consideran poco fiable.

Escribió varias obras, casi todas perdidas. Algunas se conocen por menciones en escritos de autores posteriores como Macrobio, quien cita extensamente la Res reconditae de Sammonico en su Saturnalia.

El triángulo-amuleto abracadabra / foto Il Dottore en Wikimedia Commons

Pero sí hay una obra suya que nos ha llegado prácticamente completa. Se trata de un poema médico-didáctico en 1.115 hexámetros titulado Liber Medicinalis (Libro Médico), también conocido con el nombre de De medicina praecepta saluberrima, y que Sammonico escribió antes del año 212 d.C., ya que esa es la fecha de su muerte.

En el poema recoge varios remedios populares, la mayoría tomados de Plinio el Viejo y de Dioscórides (cuya obra sería el principal manual de farmacopea usado en la Edad Media y el Renacimiento). Y también fórmulas mágicas, entre las que figura, como decíamos por primera vez, la palabra abracadabra, que Sammonico recomienda como cura de la fiebre aguda.

Es más, recomienda utilizarla escribiendo la palabra repetidamente en un triángulo, para recitar la fórmula de una manera especial. Lo hace en el capítulo LII del Liber Medicinalis, que trata sobre la fiebre que los griegos llaman hemitritaeo (malaria):

Mortiferum magis est, quod Graecis hemitritaeo vulgatur verbis: hoc nostra dicere lengua non potuere ulli, puto, nec voluere parentes. Inscribis chartae, quod dicitur abracadabra, Saepius: et subter repetis, sed detrahe summae, et magis atque desint elementa figuris singula, quae semper rapies, et caetera figes, Donec in angustum redigatur litera conum. His lino nexis collum redimire memento.
(Muy mala es la fiebre que los griegos llaman hemitritaeo, que carece de término en nuestro idioma porque nuestros padres lo quisieron. Escríbase la palabra abracadabra en un papel, repitiéndolo muchas veces hacia abajo eliminando la última letra en cada línea hasta que solo quede una letra formando un triángulo. Recuérdese atar el papel al cuello con un hilo de lino)

Y es que la malaria era por entonces una de las principales causas de muerte en muchas regiones del Imperio. La distinción entre medicina, magia y superstición no era tan clara y evidente como ahora, y por ello la gente corriente no dudaba en usar amuletos como este, confiando en su poder sanador. Parece que incluso el propio emperador Caracalla llevo uno, lo que no suena descabellado habiendo sido pupilo de Sammonico. En cualquier caso, su uso se extendió por todo el Imperio Romano pasando luego al folklore popular en la Edad Media.

El capítulo 52 en una edición del Liber Medicinales de 1786

Con el tiempo, la palabra, que en principio tenía un carácter mágico-médico, pasó a utilizarse en los relatos populares para algo completamente distinto, que es el significado o supuesta utilidad que ha llegado a nuestros días: hacer que algo aparezca o desaparezca por medio de un encantamiento.

En una fecha tan tardía como 1665, durante la Gran Plaga de Londres que duró 18 meses y mató a más de cien mil personas, muchos trataron de protegerse escribiendo abracadabra en las puertas de sus casas, tal y como atestiguó Daniel Defoe. Por supuesto, no funcionó.

En origen la palabra abracadabra era utilizada por los gnósticos de la secta de los Basilideanos para invocar la ayuda de espíritus, y así se habría encontrado inscrita en amuletos de piedra de Abraxas. Esta secta había sido fundada por Basílides de Alejandría en el siglo II d.C., y decía haber recibido su doctrina de Claucias, un apostol de San Pedro. Abraxas era el ser supremo reconocido por la secta y Sammonico habría sido uno de sus seguidores.

Por cierto, que en la obra de Sammonico también encontramos una referencia a un tema que hemos tratado aquí anteriormente. Como comentamos en el artículo El mitridato, la misteriosa panacea inventada por Mitrídates para evitar morir envenenado, tanto en la Edad Media como en el Renacimiento se utilizaron sustancias denominadas mitridato, basadas en una presunta receta que se habría encontrado en los aposentos de Mitrídates y que se le entregó a Pompeyo.

Amuletos gnósticos llamados Piedras Abraxas / foto Antiques Navigator

Sammonico en cambio escribe lo siguiente al respecto:

Se dice que el antídoto de Mitrídates era obtenible en varias fórmulas; pero cuando el triunfante Pompeyo se apropió de los cofres del rey, descubrió solo un montón de trivialidades y sonrió al ver medicamentos tan comunes: veinte hojas de ruda, un grano de sal, dos nueces y varios higos globulares

Según la Historia Augusta Sammonico era partidario de Geta frente a su hermano Caracalla. Ambos fueron co-emperadores desde el 4 de febrero de 211 d.C., tras la muerte de su padre, pero en diciembre de ese mismo año Caracalla hizo asesinar a su hermano. Luego invitó a muchos de sus partidarios a un banquete, entre los que habría estado Sammonico, y allí les dio muerte a todos. A continuación Caracalla abandonó Roma para dirigir personalmente sus campañas militares, y ya no regresó a ella hasta su muerte en 217 d.C.


Fuentes

Liber Medicinalis (Q.Sereno Sammonico, traducción italiana de Cesare Ruffato) / De medicina praecepta salvberrima (Quintus Serenus Sammonicus, edición de 1786) / Magic words: performative utterance in fact and fantasy (Elyse Graham) / Wikipedia.


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