Imagen: Vicetelly en Pixabay

Uno de los descubrimientos más curiosos que hice en un viaje por México fue gastronómico. La cocina azteca se ha hecho bastante popular en España, hay montones de restaurantes de esa nacionalidad y los supermercados están llenos de productos ya familiares, como los nachos, el guacamole o las tortillas. Pero hay una cosa que aún no hay por aquí y que, me parece, tardaremos en ver aún: los chapulines.

Los chapulines son insectos, una especie de pequeños grillos que se consumen tostados y se pueden incorporar a las tortillas. Pues bien, parece que en EEUU han ideado una forma de introducirlos en su dieta, evitando la desconfianza natural que existe en occidente: pulverizados en forma de harina.

Fueron dos estudiantes de la Universidad de Oregón llamados Charles Wilson y Omar Ellis quienes tuvieron la idea, tras consultar un informe de la ONU de 2013 que hablaba de insectos comestibles como una interesante fuente proteica. Extrapolándolo a la realidad mundial, parece que recurrir a los insectos para complementar la alimentación sería más barata que la ganadería, liberaría muchas tierras para la agricultura y aliviaría la presión industrial sobre la pesca.

En realidad, los grillos vienen a ser como camarones y poseen un alto contenido de proteínas, calcio, hierro y vitamina B12. Además, el ochenta por ciento del mundo come insectos; los occidentales somos los únicos que no lo hacemos. Por tanto, ¿cómo lograr cambiar ese rechazo instintivo a una costumbre ajena? Desde luego, no comercializando los grillos bajo su forma normal, como en otros países, porque sería un fracaso comercial.

Harina grillo para cocinar

Y ahí surgió la idea de molerlos, convertirlos en lo que han bautizado como Cricket flavour. Se compran en una de las pocas granjas que hay en EEUU, se congelan, tuestan y muelen para obtener el producto final; hacen falta unos cinco mil quinientos para conseguir medio kilo aproximadamente. La pareja de jóvenes emprendedores están vendiendo alrededor de veintidós kilogramos mensuales, con una progresiva tendencia al alza. La cantidad no parece muy alta pero, aparte de que acaban de empezar, de momento sólo realizan ventas por Internet, no en tiendas.

Aclaremos que la harina de grillo no es tan versátil como la vegetal porque, evidentemente, carece de gluten. Ello tiene su parte positiva para quienes no lo consumen pero haría que fuese imposible hacer galletas con ella, por ejemplo, de ahí que se deba mezclar con otras cosas, como chocolate.

De hecho, quizá su utilidad sea más cercana a esa proteína en polvo que toman los deportistas. En cualquier caso, ya empiezan a surgir derivados y el propio Wilson ha sacado un libro de recetas de cocina con el producto.

Vía: The Oregonian
Más información: Cricket Flavour

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