Hace más de cincuenta años, en agosto de 1972, los llamados Bronces de Riace fueron recuperados del mar Jónico frente a Riace Marina, cerca de Regio de Calabria, al sur de Italia. Se trata de dos estatuas de bronce que se consideran obras maestras de la escultura clásica griega del siglo V a.C.

A pesar de décadas de estudios, aún quedan incógnitas sobre su origen y significado. Recientemente, un enfoque novedoso ha revelado interesantes detalles sobre su elaboración, aportando luz a este misterio histórico-artístico.

Las estatuas, de tamaño mayor que el natural, representan a dos guerreros desnudos. Se cree que fueron fundidas por escultores griegos, hacia el 450-440 a.C., y transportadas posteriormente a Italia en época romana. Los rostros y cuerpos muestran la perfecta armonía propia del canon de belleza clásico. Pese al paso de los siglos bajo el mar, su estado de conservación es excepcional.

Algunos opinan que son obra de diferentes escultores. La llamada estatua A sería obra de Fidias o de su taller en torno al 460 a.C., mientras que la estatua B mostraría rasgos típicos del trabajo de Policleto, como la torsión del busto o la posición de reposo de la pierna izquierda. El estudio de los materiales y la técnica de fundición reveló que hay diferencias entre ambas, como si hubieran sido hechas por diferentes artistas, o en diferentes períodos, o por el mismo artista en lugares diferentes.

Sobre a quiénes representan tampoco existe consenso, pudiendo ser dioses, guerreros o atletas. Una de las hipótesis más interesantes es la que los considera hoplitódromos, participantes en la carrera de hoplitas armados que tenía lugar en los Juegos Olímpicos y en los Panhelénicos, entre otros.

Entre los detalles mejor preservados se encuentran ojos, labios, glándulas lagrimales, cabello, barba e incluso dientes. Sólo en una estatua, llamada el «Joven», estos últimos están expresamente representados mediante una fina chapa de plata que cubre los incisivos superiores.

Precisamente esta peculiaridad dentaria ha sido objeto de reciente estudio. Mediante fotogrametría virtual sobre las imágenes oficiales de los bronces, se midieron parámetros faciales y dentales con el fin de verificar la presencia de proporciones áureas. Estas proporciones, basadas en la sección áurea, representaban en el arte clásico un ideal de belleza divina y armonía.

Los resultados mostraron que tanto el rostro como los dientes centrales visibles se ajustan a dichas proporciones. Asimismo, se pudieron inferir indirectamente la morfología facial y dental completa. Ello sugiere que los escultores habrían proyectado minuciosamente todos los detalles, incluidos los dentales, según cánones estéticos del momento.

Este enfoque aporta una nueva perspectiva al estudio de los bronces. Muestra que incluso detalles aparentemente menores, como la representación de unos dientes, podrían haber sido diseñados de forma intencionada para lograr la «belleza divina» que la escultura clásica griega perseguía. Aporta así luz a la metodología creativa subyacente a una de las obras cumbre del arte helénico.


Fuentes

Putrino, A., Raso, M., Marinelli, E. et al. The golden section in the art of ancient Greece: an anthropometric study of the young warrior of Riace. Humanit Soc Sci Commun 11, 309 (2024). doi.org/10.1057/s41599-024-02801-3


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