En el artículo que dedicamos a los famosos bronces de Riace decíamos que aquel descubrimiento, realizado en 1972, era importante porque muy pocas esculturas de bronce de la Antigua Grecia habían llegado hasta nuestros días. El motivo es que la mayoría fueron fundidas nuevamente en tiempos posteriores para aprovechar el bronce en la fabricación de otros objetos.

Entre las pocas estatuas de bronce de la Antigua Grecia que sí podemos contemplar en la actualidad están los propios bronces de Riace, el Auriga de Delfos, el Apoxiomeno croata o el dios del cabo Artemisio (que representa a Zeus o Posidón).

Pero también otra escultura encontrada en el mismo naufragio que ésta última y, aunque menos conocida, no por ello menos espectacular. Se trata del Jinete de Artemisio.

Detalle del Jinete de Artemisio | foto Rabe! en Wikimedia Commons

En 1926 se habían encontrado en el mar, frente al cabo Artemisio en la isla de Eubea, los restos del naufragio de un barco romano de hacia mediados del siglo II a.C. que transportaba obras griegas. Poco a poco fueron recuperándose de él piezas de bronce y partes de esculturas, bajo la dirección del arqueólogo Georgios Economos, hasta que la exploración del barco se interrumpió definitivamente en 1928 debido al fallecimiento de uno de los buzos.

Pero antes, ese mismo año de 1928, dos de las piezas recuperadas correspondían a la parte delantera de un caballo de bronce a gran escala y un jinete casi completo. Años más tarde, en 1937, un pescador atrapó con sus redes los cuartos traseros del caballo, cuya restauración no se completó hasta 1972, uniéndolo al jinete y exponiéndolos por primera vez juntos en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas.

La escultura tiene una escala muy aproximada al tamaño natural con una longitud de 2,9 metros y una altura de 2,1 metros. Muestra al caballo lanzado al galope y al pequeño jinete sentado sobre él y mirando hacia atrás por encima de su hombro.

Otra vista del Jinete de Artemisio en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas | foto sailko en Wikimedia Commons

Marcas de desgaste en la cabeza del caballo y un pasador bajo la barbilla apoyan la idea de que llevaba una elaborada brida, hoy perdida al igual que las riendas. El escultor, cuyo nombre desconocemos, consiguió captar con gran maestría la emoción y la vitalidad de una carrera de caballos en plena acción.

Los investigadores dataron el conjunto en la segunda mitad del siglo II a.C. (hacia 140 a.C.), y su importancia reside en varios aspectos: en primer lugar se trata de uno de los pocos bronces originales a gran escala datados con seguridad en el período helenístico; además, el grupo escultórico es inusual y prácticamente único en combinar una figura atlética y un animal; y por último, se trataría de la única escultura griega en bronce de un caballo que ha llegado hasta la actualidad (y posiblemente junto con los caballos de San Marcos, que son romanos, los únicos de toda la Antigüedad).

Detalle del jinete | foto Bengt Nyman en Wikimedia Commons

Según Sean Hemingway, la piel del jinete llevaba originalmente una pátina en negro y su fisonomía es la de un etíope pero su peinado es griego, lo que implica que es de herencia mixta. Lo más probable es que se trate de un jinete profesional o entrenado. Contrasta su pequeño tamaño, apenas 84 centímetros de altura, en comparación con el caballo, lo que hace pensar que puede representar a un niño de unos 10 años. Además, la función original del grupo escultórico habría sido la dedicatoria, instalado en un santuario para honrar una o varias victorias en carreras de caballos.

No se sabe de donde procedía la escultura, pero Sean Hemingway y otros expertos opinan que muy probablemente formaba parte del botín obtenido por el general romano Lucio Mumio en la destrucción de Corinto en el año 146 a.C., quien se la habría regalado al rey Atalo II, el cual la estaba enviando a su capital Pérgamo cuando el barco naufragó en el canal de Trikiri al norte de Eubea.

Considerado hoy como uno de los grupos escultóricos más impresionantes y emotivos de la Antigüedad griega, se expone permanentemente en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas.


Fuentes

Seán A. Hemingway, The horse and jockey from Artemision : a bronze equestrian monument of the Hellenistic period | Séan A. Hemingway , A Bridle for the Bronze Horse from Artemision | Adeline Coe, Artemision Horse and Jockey | Wikipedia


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