El misterio de por qué los caballos de Alaska, las tortugas criptodiras y los lagartos isleños encogen con el tiempo puede haber quedado resuelto en un nuevo estudio.

La nueva investigación teórica propone que el tamaño de los animales a lo largo del tiempo depende de dos factores ecológicos clave: la intensidad de la competencia directa por los recursos entre especies y el riesgo de extinción del entorno.

Utilizando modelos informáticos que simulan la evolución, el estudio, publicado en Communications Biology, identifica por qué algunas especies se hacen gradualmente más pequeñas, como indican los registros fósiles.

El Dr. Shovonlal Roy, modelador de ecosistemas de la Universidad de Reading que dirigió la investigación, declaró: Al igual que nosotros intentamos adaptarnos al calor o al frío en función del lugar donde vivimos, nuestra investigación demuestra que el tamaño de los animales puede aumentar o disminuir durante largos periodos en función del hábitat o el entorno.

En lugares y épocas donde hay mucha competencia entre las distintas especies por la comida y el cobijo, el tamaño de los animales suele disminuir a medida que las especies se dispersan y se adaptan a la distribución de recursos y competidores. Por ejemplo, los pequeños caballos que vivían en Alaska durante la Edad del Hielo se redujeron rápidamente debido a los cambios en el clima y la vegetación.

Cuando la competencia directa es menor, los tamaños tienden a aumentar, aunque ser muy grandes y pocos en número puede hacer que los animales sean más vulnerables a la extinción, como ocurrió con los dinosaurios.

Los cambios en los factores ecológicos ayudan a explicar por qué los registros fósiles muestran mezclas tan confusas de patrones de evolución del tamaño, con algunos linajes encogiéndose con el tiempo y otros creciendo.

El equipo de investigación llevó a cabo su estudio cuestionando las contradicciones que las pruebas fósiles planteaban a la «regla de Cope». La regla de Cope se refiere a la tendencia de ciertos grupos animales a evolucionar hacia tamaños corporales mayores a lo largo de miles y millones de años. La regla debe su nombre a Edward Cope, un paleontólogo del siglo XIX al que se atribuye haber observado por primera vez este patrón en el registro fósil. Por ejemplo, los primeros antepasados de los caballos eran pequeños animales del tamaño de un perro que aumentaron de tamaño a lo largo de la evolución hasta dar lugar al caballo moderno.

Sin embargo, las pruebas fósiles muestran tendencias notablemente contradictorias, con un aumento de tamaño en algunos grupos y una disminución en otros.

Mediante modelos informáticos que simulan la evolución, el estudio identificó tres patrones distintos de cambio de tamaño corporal que surgen en condiciones diferentes:

  • Aumento gradual del tamaño a lo largo del tiempo: Esto ocurre cuando la competencia entre especies viene determinada principalmente por sus tamaños corporales relativos más que por diferencias de nicho. Por ejemplo, varios géneros de especies animales marinas (como los invertebrados) aumentaron gradualmente de tamaño a lo largo de millones de años.
  • Aumento de tamaño seguido de extinciones: Aquí los animales más grandes se extinguen de forma recurrente, abriendo oportunidades para que otras especies ocupen su lugar y desarrollen cuerpos aún más grandes, continuando el ciclo. Las extinciones masivas afectan sobre todo a los grandes depredadores. Los mamíferos y las aves de gran tamaño son especialmente vulnerables a la extinción, como los dinosaurios y los reptiles voladores gigantes.
  • Disminución gradual del tamaño a lo largo del tiempo: Las simulaciones también predijeron lo contrario de la regla de Cope, especies que se reducen con el tiempo. Esto ocurre cuando la competencia es alta y hay cierto grado de solapamiento en el uso del hábitat y los recursos. A medida que las especies evolucionan separándose en nichos distintos, se enfrentan a la presión evolutiva de reducir su tamaño. La disminución de tamaño ya se había observado en vertebrados, peces óseos, tortugas criptodiras, caballos del Pleistoceno de Alaska y lagartos isleños.

Fuentes

University of Reading | Roy, S., Brännström, Å. & Dieckmann, U. Ecological determinants of Cope’s rule and its inverse. Commun Biol 7, 38 (2024). doi.org/10.1038/s42003-023-05375-z


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