La tradicional leyenda romana dice que Rómulo y Remo, los fundadores de la ciudad de Roma, fueron criados por una loba.

Tras su nacimiento, establecido por Marco Terencio Varrón en el 24 de marzo de 771 a.C., fueron abandonados en el río Tiber, donde la corriente los llevó hasta el pantano Velabrum situado entre las colinas del Capitolio y el Palatino.

Allí los rescató y alimentó la loba, hasta que fueron encontrados por un pastor llamado Fáustulo que se los llevó a su casa, donde fueron criados por su mujer Aca Larentia (en latín Acca).

La Loba Capitolina, bronce del siglo XII d.C. (los gemelos son una adición del siglo XV), en los Museos Capitolinos / foto Jean-Pol Grandmont en Wikimedia Commons

Hay quien ha querido ver en esta Aca Larentia (o Larencia) a la personificación de la loba legendaria, aduciendo que la palabra lupa en latín se refiere tanto al animal como a la mujer cuyo oficio es el amor.

Otros sospechaban que el nombre de la nutriz, por su anfibología, fue el que dio ocasión y asidero a esta fábula, porque los latinos llamaban lobas, de esta especie de fieras, a las hembras, y de las mujeres a las que eran malas de sus cuerpos, y tal parece que era la mujer de Fáustulo, que crió a estos dos infantes, llamada Aca Larencia

Plutarco, Vida de Rómulo 4

Pero el caso es que no se sabe mucho acerca de ella. El mismo Plutarco mezcla su historia con la de otra Larencia mitológica enredada con Heracles en uno de esos embrollos que tanto gustaban a los antiguos.

Cuéntase que siendo ya muy celebrada, y teniendo fama de ser favorecida del dios, se desapareció en el mismo sitio en que la otra Larencia fue sepultada, el cual se llama ahora Belauro, porque en las frecuentes crecidas que tiene el río van con barcos al Foro por aquel paraje, y a esta especie de navegación la llaman Belatura. Otros son de sentir que los que dan espectáculos defienden con lienzos la calle que va desde la plaza al Hipódromo, empezando por aquel sitio; y en latín estos lienzos se llaman velas; éste es el motivo por que la segunda Larencia es tenida en veneración entre los Romanos

Plutarco, Vida de Rómulo 5
Cuadro de Rubens (1615) donde parecen mezclarse las leyendas de las dos Larentias / foto dominio público en Wikimedia Commons

Aca Larentia habría tenido nada menos que 12 hijos. Uno de ellos (y también Remo, como es sabido) falleció, y así Rómulo ocupó su lugar. De ellos deriva el colegio de los Frates Arvales (hermanos arvales), como cuenta Plinio, la cofradía sacerdotal compuesta por 12 flamines consagrados al culto de Dea Dia, la divinidad arcaica protectora de la agricultura, que pervivió hasta su abolición hacia 400 d.C.

Rómulo instituyó desde el principio los Sacerdotes de los Campos, y se nombró a sí mismo como el duodécimo hermano entre ellos, siendo los otros los hijos de su madre adoptiva Aca Larentia; fue a este sacerdocio al que se asignó como emblema más sagrado la primera corona que se llevó en Roma, una corona de espigas atadas con un filete blanco; y esta dignidad sólo termina con la vida, y acompaña a sus poseedores incluso en el exilio o el cautiverio

Plinio el Viejo, Historia Natural XVIII.2
Mapa de Roma con la ubicación del Velabro (Velabrum) / foto dominio público en Wikimedia Commons

Como vimos antes Plutarco menciona el lugar donde Aca Larentia estaba enterrada, el Velabrum (Velabro o Belauro). Se trata del valle que conectaba el Foro Romano con el Foro Boario, y la Colina Capitolina con la ladera occidental del Palatino. Originalmente era una zona pantanosa, cuya conexión con la historia de Rómulo y Remo radica en ser el supuesto lugar de reposo último de su madre adoptiva, pero también en otra curiosa coincidencia: allí fue donde se detuvo la cesta en que viajaban río abajo los gemelos, gracias a las raíces del ficus ruminalis (higuera salvaje) que se encontraba cerca de la gruta Lupercal (allí donde la loba los había amamantado).

Allí, en el Velabro, se celebraban el último día de los Saturnales (23 de diciembre) las Larentalia en honor de Aca Larentia. Tenían lugar en el sitio donde según la tradición estaba enterrada, cerca de la Porta Romanula, y en ellas se honraba a los Lares (los dioses familiares romanos). Las ofrendas eran dirigidas con el Flamen Quirinalis, que era el máximo representante de Rómulo, venerado como el dios Quirino.

Aulo Gelio mezcla las leyendas de las dos Larentias, relacionándolas con Rómulo, la loba y las Larentalia:

Aca Larentia con Rómulo y Remo representada en la Fonte Gaia de la Piazza del Campo en Siena (Copia de 1868 del original renacentista de Jacopo della Quercia) / foto dominio público en Wikimedia Commons

Pero Aca Larentia ofrecía públicamente su cuerpo y había ganado abundante dinero con ese menester. Según está escrito en la Historia de Antias, en su testamento ella hizo heredero de sus bienes al rey Rómulo; mas según nos han transmitido algunos otros, al pueblo romano. Por ese mérito, el flamen de Quirino celebra en su honor un sacrificio, y se añadió a los Fastos un día en nombre de ella. Pero en el libro primero de las “Cosas Memorables”, Masurio Sabino dice, siguiendo a algunos escritores de historia, que Aca Larentia fue la nodriza de Rómulo

Aulo Gelio, Noches áticas VII.5

Pero ¿realmente existió una mujer llamada Aca Larentia? Es difícil decirlo. En latín el término Acca no tiene significado, pero en sánscrito akka significa madre. Acca Larentia podría hacer referencia a la madre de los lares o de los antepasados, identificados como Rómulo y Remo.

Y los Sabinos, el pueblo que habitaba las colinas cercanas a Roma y que acabó fusionándose con los romanos, tenían una divinidad llamada Larenta, relacionada con el inframundo y el más allá.

Una de las teorías que sostienen los expertos es que Aca Larentia sería una especie de Diosa Madre, una divinidad ctónica, y éstas se representaban frecuentemente bajo la apariencia de lobas, igual que los dioses ctónicos como, por ejemplo, el Can Cerbero, adoptaban la forma de perros. Y si, efectivamente, las dos Larentias de las leyendas serían la misma.


Fuentes

Noches áticas (Aulo Gelio) / Historia Natural (Plinio el Viejo) / Vida de Rómulo (Plutarco) / Krappe, Alexander H. «Acca Larentia”. American Journal of Archaeology 46, no. 4 (1942): 490-99. doi:10.2307/499082 / Holleman, A. W. J. «Larentia, Hercules, and Mater Matuta (Tib. II 5).» L’Antiquité Classique 45, no. 1 (1976): 197-207. www.jstor.org/stable/41650557 / Wikipedia.


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