Ser zurdo no es fácil, ni en la Antigüedad ni hoy en día. En todas las épocas y en todas las civilizaciones se dió un sesgo de parcialidad en favor de los diestros. De hecho la derecha se asociaba con lo bueno, ceremonias, comida, los dioses, la curación…mientras que la izquierda quedaba para todas las cosas malas, como maldiciones, injurias, daños, etc.

Incluso alguien tan racional como Platón frecuentemente asocia la derecha con el bien y la izquierda con el mal, y antes que él Pitágoras elaboraba una lista de diez principios básicos como pares de opuestos: en la derecha estaban la masculinidad, la luz, la bondad…y en la izquierda la feminidad, la oscuridad, la maldad, entre otros.

Menciones de guerreros zurdos se encuentran en múltiples textos antiguos. Como por ejemplo en la Iliada (XXI, 164-168), donde tenemos el ejemplo de Asteropeo, quien le arroja a Aquiles dos lanzas al mismo tiempo, una con cada mano. Asteropeo era un héroe peonio ambidiestro descendiente del dios-río Axio, al que finalmente Aquiles consigue matar.

Asesinato del rey Ehud por un benjamita zurdo / foto Dominio público en Wikimedia Commons

Sin embargo ser zurdo tenía una gran ventaja en el combate cuerpo a cuerpo. Los enemigos diestros generalmente esperaban enfrentarse a un oponente igualmente diestro, con lo cual los zurdos contaban en primer lugar con el elemento sorpresa. En segundo lugar, los zurdos solían entrenarse para combatir contra diestros, mientras que estos debían adaptarse sobre la marcha a la situación.

Ejemplo de esto llevado al límite es, por ejemplo, la modificación a propósito de elementos arquitectónicos, para favorecer a los zurdos. Quizá uno de los más conocidos sean las escaleras espirales de la Catedral de Lincoln en el Reino Unido, dispuestas en sentido contrario al habitual. Así, atacantes diestros se encontrarían con la imposibilidad de blandir sus espadas de manera efectiva durante el ascenso, mientras que defensores zurdos contarían con mayor libertad de movimientos. No en vano, la defensa de la catedral se hallaba encomendada a un clan escocés formado exclusivamente por hombres zurdos.

Las doce tribus de Israel / foto Richardprins en Wikimedia Commons

Volviendo a la Antigüedad, precisamente en la Biblia se menciona a personas zurdas en tres ocasiones, y curiosamente en todos los casos asociadas a la tribu de Benjamín. La primera es el asesinato del rey moabita Eglon por un zurdo (Jueces 3:12-30), Ehud, el segundo juez de Israel. La segunda habla de 700 benjamitas que usaban la honda con la mano izquierda, haciendo hincapié en su mortal exactitud (Jueces 20:16). Y la tecera menciona a dos docenas de guerreros benjamitas ambidiestros que acudieron a apoyar a David en Hebrón (Crónicas 12:2).

En 2013 los investigadores Boyd Seevers y Joanna Klein estudiaron si esta característica de los benjamitas, ser zurdos o ambidiestros, era natural o aprendida. Llegaron a la conclusión de que debía haber un poco de ambas cosas.

Los benjamitas debieron ser propensos genéticamente a tal característica, pero además dentro de su tribu debía incentivarse mediante el entrenamiento, con el fin de proveerles de una ventaja estratégica en el combate.

Según Seevers y Klein, el hecho de que los cronistas bíblicos dejasen constancia de tal singularidad de los benjamitas pudo deberse a lo curioso e insólito que debió parecerles que toda una tribu de zurdos se denominase a si misma Benjamin, que significa literalmente hijos de diestros.

Los benjamitas tomando nuevas esposas, ilustración de la Biblia Morgan / foto Dominio público en Wikimedia Commons

Aun con esa ventaja en el combate, la tribu de Benjamín fue prácticamente aniquilada por las otras tribus israelitas, niños y mujeres incluidos, en la batalla de Gibeah (en algún momento entre el año 1200 y el 1000 a.C.). Solo sobrevivieron unos 600 hombres, que permanecieron ocultos en una cueva durante cuatro meses.

Al cabo de ese tiempo las tribus, temiendo que la de Benjamín desapareciera para siempre, les permitieron tomar nuevas esposas entre sus mujeres. Como ninguna quería casarse con un benjamita tomaron una decisión controvertida. Eliminaron a unos 400 hombres de la tribu de Machir, que no habían mostrado pesar por el destino de los benjamitas, y les entregaron sus viudas. De ese modo la tribu de Benjamín pudo continuar existiendo, aunque desde entonces se convirtió en la más pequeña de todas (de ahí la asociación moderna del término con lo pequeño).

Con el tiempo, y tras la disolución del Reino de Israel en 930 a.C., la tribu de Benjamín se unió a la de Judá para formar un nuevo reino. Sobrevivieron a la destrucción de Israel por los asirios y fueron deportados a Babilonia. Una vez terminado el cautiverio, la distinción entre las tribus de Benjamín y Judá se perdió en favor de una nueva identidad: Israel.


Fuentes

Left-handed people in the Bible / RightLeft RightWrong / Genetics and the Bible: The Curious Case of the Left-Handed Benjamites (Boyd Seevers y Joanna Klein) / Wikipedia.


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