La Oficina Estatal de Cultura y Preservación de Monumentos (LAKD) presentó el miércoles tres valiosos hallazgos descubiertos el año pasado por arqueólogos voluntarios en Mecklemburgo-Pomerania Occidental. Se trata de siete espadas de la Edad del Bronce, 6.000 monedas de plata del siglo XI y un tesoro con un relicario también del siglo XI.

En la presentación de los hallazgos, la Ministra de Cultura, Bettina Martin, destacó la labor de los arqueólogos voluntarios de Mecklemburgo-Pomerania Occidental. Alrededor de 250 voluntarios trabajan actualmente en la conservación de monumentos arqueológicos. Aproximadamente el mismo número está recibiendo la formación pertinente.

Son indispensables para la conservación de nuestro patrimonio cultural en Mecklemburgo-Pomerania Occidental, afirma Martin. También debemos los tres extraordinarios hallazgos a los arqueólogos voluntarios. Quiero expresarles mi más sincero agradecimiento por ello.

Las siete espadas se encontraron en fragmentos cerca de Mirow (Distrito de los Lagos de Mecklemburgo). Cabe suponer que salieron a la superficie hace mucho tiempo, cuando se dragó una zanja, y se esparcieron por una superficie mayor con el material excavado.

Los descubridores rastrearon meticulosamente los fragmentos individuales y así pudieron recomponer las espadas casi por completo. La recuperación se llevó a cabo junto con un técnico de excavaciones del Servicio Estatal de Arqueología.

En un principio, las espadas probablemente se enterraron en las tierras bajas como ofrendas votivas o regalos de sacrificio. Aunque estos depósitos de objetos valiosos no son inusuales, nunca antes se habían descubierto tantas espadas de la Edad del Bronce en un mismo lugar de Mecklemburgo-Pomerania Occidental. La datación científica ha demostrado que las espadas datan de la Edad del Bronce y su antigüedad se estima en unos 3.000 años.

Las 6.000 monedas de plata del siglo XI se encontraron en la isla de Rügen. Estaban repartidas por una gran superficie, pero la mayoría estaban en una vasija de barro. También las encontraron arqueólogos voluntarios, más concretamente el grupo de trabajo «De Ackerlöper».

El origen de las monedas es muy diverso. Proceden del oeste de Alemania, entre otros lugares, pero también de la región de Meissen-Alta Lusacia. Alrededor del 10% de las monedas proceden de Inglaterra, Dinamarca, Bohemia y Hungría.

El hallazgo de monedas permite, por tanto, extraer conclusiones sobre posibles relaciones comerciales en el siglo XI. El hallazgo es el mayor atesoramiento de monedas eslavas de la posguerra hasta la fecha.

Los relicarios hallados en el distrito de Mecklenburgische Seenplatte son otro hallazgo muy inusual. El tesoro fue descubierto por un arqueólogo voluntario durante una inspección.

En una vasija que contenía unas 1.700 monedas había anillos para el cuello y los dedos, un collar de perlas (con cuentas de oro, cristal de roca y cornalina) y dos relicarios en forma de captor y crucifijo.

Los dos relicarios son muy singulares como prueba de la fe cristiana en una zona que en aquella época aún se caracterizaba en gran medida por otras creencias.


Fuentes

Mecklenburg-Vorpommern Ministerium für Wissenschaft, Kultur, Bundes- und Europaangelegenheiten


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