Un cañón de ranura es un pasaje estrecho y profundo formado por la acción erosiva del agua a través de las rocas. Pueden medir unos pocos centímetros de anchura o varios metros, tener unos pocos de profundidad o alcanzar una altura considerable, pero por norma siempre son más largos que anchos, y en la mayoría de las ocasiones son visualmente espectaculares.

Existen cañones de ranura en muchos lugares del mundo, como la Sierra de Guara en España, en los Pirineos, en Australia y Estados Unidos.

El estado de Utah es el lugar que tiene la más alta concentración de cañones de ranura del mundo, y es aquí donde se encuentra el Buckskin Gulch, que pasa por ser el más largo de la Tierra.

Buckskin Gulch / foto Shutterstock
Buckskin Gulch / foto Shutterstock

Además también está considerado el cañón de ranuna más profundo de los Estados Unidos, por lo que es uno de los lugares turísticos y senderistas más concurridos del suroeste norteamericano. Tiene 21 kilómetros de largo y finaliza en otro cañón, el de Paria, por el que fluye intermitentemente el río del mismo nombre, que a su vez acaba en el río Colorado. La profundidad máxima es de 153 metros.

Está situado a medio camino entre las localidades de Kanab (Utah) y Page (Arizona). La entrada al cañón se realiza por el Wire Pass Trailhead, que además también permite acceder a otra espectacular formación rocosa, La Ola, del mismo estilo que la australiana que reseñamos hace tiempo.

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Recorrer el Buckskin Gulch está considerado como extremadamente dificil. Se recomienda llevar equipo de rapel y prepararse para vadear zonas donde al agua o el barro pueden llegar hasta el pecho, así como encontrarse con arenas movedizas.

La prohibición de encender hogueras y la escasa luz natural que penetra en el cañón hacen que la temperatura en el interior sea muy inferior a la del desierto circundante.

En un punto determinado de la ruta hay que descender casi cinco metros por una cuerda, por lo que lo recomendable es llevarse una de mayor tamaño por si acaso.

Debido a la estrechez del cañón no es recomendable internarse en él con lluvia, pues podría dar lugar a inundaciones y es posible que no encontrásemos una salida viable en varios kilómetros. Fue lo que ocurrió, desgraciadamente, el 12 de agosto de 1997 en el cercano Cañón del Antílope, cuando 11 turistas murieron al ser sorprendidos en el interior por una tormenta torrencial.

Otros cañones del mismo tipo abundan en formaciones caprichosas, fruto de la acción de las aguas y las inundaciones a lo largo de los siglos, muchas de ellas realmente espectaculares, pero el Buckskin Gulch les gana en longitud a todos, y en profundidad y dificultad a un buen puñado de ellos.


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