Impresora también puede borrar

Es posible que la crisis económica traiga algunos aspectos positivos implícitos, como la necesidad de ahorrar. Hasta que empezó esta negra etapa el consumo indiscriminado nos llevaba a desechar cosas que podían ser reparadas porque casi costaba lo mismo comprar una nueva; a veces incluso salía más barato.

Parece que esta tendencia no sólo se ha detenido sino que empieza a invertirse, al menos en determinados campos. Uno de ellos, acaso el más evidente junto el de la alimentación y el de la ropa, es el del material de oficina. Lo primero que hizo la administración es restringir las partidas para papel, bolígrafos, cartuchos de tinta y demás útiles. Pues bien, quizá sea el momento de ir un paso más allá.

Por ejemplo ¿qué pasa cuando las malditas impresoras, esas ocasionales enemigas de la Humanidad, se lanzan a imprimir compulsivamente estropeando folios y folios antes de hacer caso al botón de detener? Esa tinta ya no hay quien la quite del papel. Ahora puede que sí.

Un equipo de ingenieros de la Universidad de Cambridge ha ideado un sistema que permite convertir la impresora en una borradora si hace falta. Se basa en pulsaciones cortas de láser verde que calientan las zonas impresas, (o sea, las letras si se trata, pongamos, de un texto) hasta evaporar la tinta sin dañar el papel. El propio aparato recoge las micropartículas y gases producidos durante la operación, arrojando un resultado limpio y ecológico.

La única pega, por el momento, es que la comercialización inicial del prototipo no será precisamente asequible: en torno a 19.000 libras (unos 23.000 euros), aunque esperan que el precio baje al generalizarse su uso.

Me pregunto si así se cierra el círculo iniciado por la entrañable y superviviente goma de borrar a la que siguieron la tosca cuchilla raspadora y aquel bolígrafo a rayas de nuestra infancia cuyos trazos se podían borrar más mal que bien.

Vía: BBC

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