Siguen formulándose ideas para los cementerios del futuro. Aunque la inhumación sigue siendo mayoritaria en occidente, la cremación ha supuesto un paso adelante y tiende a generalizarse. Sin embargo, ambas opciones son objeto de críticas desde el punto de vista ecológico, la primera por el enorme espacio que demanda y la segunda por razones medioambientales, de ahí que de un tiempo a esta parte hayan ido brotando nuevas propuestas.

Una de ellas acaba de hacerse pública al ser el resultado de un concurso convocado ad hoc por el Centre for Death & Society de la Universidad de Bath, que planteaba la búsqueda de diseños sostenibles para los cementerios del futuro con vistas a aplicarlo en Arnos Vale, un rincón histórico de Bristol (Reino Unido) donde se ubica el camposanto. La Graduate School of Architecture, Planning and Preservation de la Universidad de Columbia fue quien se llevó el gato al agua con su proyecto Sylvan Constelation.

Como se puede deducir por su nombre, se basa en el recurrente concepto de un bosque que, en este caso, preserva una especie de urnas conmemorativas y se ilumina mediante un sistema de puntos de luz continua que recuerdan las estrellas, usando como fuente energética la biomasa resultante de la descomposición de los cadáveres. El modelo permitiría hacer algo que hoy resulta poco habitual, como es integrar el cementerio en el medio urbano, tal cual se tratase de un parque más.

Propuesta cementerio ecologico Bristol 1

Desarrollado a través de la entidad neoyorquina DeathLab, la intención es que se trabaje in situ, sobre el terreno, de cara a hacer de Arnos Vale una especie de prototipo para el futuro, un lugar donde ir aplicando las innovaciones que se les vayan ocurriendo para probarlas y, si es el caso, exportarlas a otras necrópolis. «Nuestro objetivo es ofrecer opciones elegantes en la muerte que sean proporcionales a los valores sociales y ambientales que respetamos en vida. Nuestra propuesta tiene como objetivo garantizar el espacio cívico para la futura metrópoli» explica Karla Rothstein, fundadora y directora de DeathLab.

El funcionamiento de Sylvan Constelation sería completamente natural, con la descomposicion de los cuerpos en esas vasijas originando luz y creando así un ambiente de peculiar belleza forestal, algo fantástica y efectista si se quiere pero muy cálida. El sitio, que está pensado para admitir cualquier fe o tradición, ofrece rincones tranquilos para los familiares y amigos de los seres queridos que descansan allí.

El concurso no es que tirase los trastos por la ventana, pues el premio fue sólo de cinco mil libras. Eso sí, llevaba incluida un mes de residencia en Arnos Vale para trabar contacto con el lugar y dar los primeros pasos con vistas a la puesta en marcha del proyecto. En ese sentido, Mike Coe, presidente ejecutivo de Arnos Vale declaró que dan la bienvenida a la oportunidad de les da DeathLab de convertirse en un centro de reconocido futuro: algo así como una empresa de cementerios sostenibles y respetuosos.

Vía: Arnos Vale


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