Si conocen a Michio Kaku seguramente conozcan la Escala de Kardashov. Este físico teórico estadounidense, además de ser un especialista en la teoría de cuerdas, es conocido por su divulgación científica y sus teorías sobre el futuro energético de la humanidad.
El astrofísico Nikolái Kardashov propuso en 1964 un método para medir el grado de evolución tecnológica de una civilización, y últimamente Kaku ha sido uno de sus mayores divulgadores. La escala divide las civilizaciones en tres tipos:
- Tipo 1 o planetaria: Cien años más avanzada que la nuestra, controlan la energía de todo el planeta (clima, volcanes, océanos, terremotos), un ejemplo sería el mundo de Flash Gordon.
- Tipo 2 o estelar: 10 billones de veces más poderosa que la civilización de Tipo 1, pueden controlar la energía de las estrellas (tormentas solares) y moverse a otros planetas cuando se agota. En este caso el ejemplo sería Star Treck.
- Tipo 3 o galáctica: El mundo de Star Wars sería el ejemplo perfecto. Sería 10 billones de veces más poderosa que la Tipo 2 ya que pueden controlar la energía de toda la galaxia y acceder a todas las regiones de la misma.
Por desgracia nuestra civilización no entra en la escala, y seríamos una civilización de Tipo 0, ya que nuestro consumo de energía se basa en plantas muertas (petróleo, carbón) Por eso está claro que el futuro de los transportes en la Tierra pasa por las energías renovables, y en los últimos años no paran de surgir numerosos proyectos y propuestas que pueden ser la semilla para convertirnos en una civilización de tipo 1.
En este caso vamos a hablar sobre la energía fotovoltaica, y dos proyectos que se han estado desarrollando durante los últimos cinco años que la posicionan como una buena alternativa ante los combustibles fósiles.
Hace algún tiempo os informamos sobre el proyecto de Solar Impulse, y tras completar su primer vuelo internacional entre Suiza y Bélgica, ahora están comenzando un vuelo todavía más ambicioso, un viaje transcontinental en los Estados Unidos.
El avión es conocido por las siglas HB-SIA. Está compuesto de fibra de carbono y cuenta con 12.000 células fotovoltaicas a lo largo de sus 64 metros de envergadura, que proporcionan la energía a cuatro motores eléctricos de 10 caballos de potencia. Su enorme envergadura es igual a la de un Airbus A340, pero su peso es considerablemente más pequeño, apenas 1600 Kg.
El propósito del avión no era volar alrededor del mundo, sino que querían demostrar que era viable crear aviones capaces de volar sin combustible. Pero no han parado de realizar vuelos increíbles, el último fue realizado por el cofundador y piloto André Borschberg, quién logró un vuelo continuado de 26 horas, incluida la noche. Para lograrlo tuvo que ganar altura y cargar las baterías durante el día, para después seguir volando mientras descendía lentamente durante la noche. La ambición de Solar Impulse va más allá, y están terminando el diseño del HB-SIB, con el que planean dar la vuelta al mundo en 2015.
Más información: Solar Impulse →
Después de surcar los cielos, ahora toca surcar los mares. Todos conocéis mi pasión por los barcos y aunque han existido muchos proyectos ecológicos que todavía no han visto la luz, el diseñador de Planet Solar, Craig Loomes, ha construido el mayor barco del mundo propulsado con energía solar.
El MS Turanor PlanetSolar tiene estructura de carbono y capacidad para 40 personas, durante los últimos años ha estado navegando alrededor del mundo para promocionar las posibilidades de la energía solar dentro del transporte marítimo. Sus 537 metros cuadrados de paneles fotovoltaicos, suministra la energía necesaria a las 6 baterías de ion-litio para poder realizar largos viajes sin necesidad de usar sus motores diésel de emergencia.
Ahora vuelve a zarpar para realizar un proyecto científico, donde físicos, biólogos y climatólogos de la Universidad de Ginebra, dirigidos por el profesor Martin Beniston, director del Instituto de Ciencias Ambientales de la Universidad, iniciarán un monitoreo continuo del aire y el agua de la corriente del Golfo en el Océano Atlántico.
Al estar alimentado exclusivamente por energía fotovoltaica, el barco no tiene emisiones de ningún tipo, por lo que no influye en los instrumentos ni en las mediciones. El Proyecto Aguas Profundas, pretende conseguir una mejor compresión de los procesos que regulan el clima, y quien sabe si nos ayudará a convertirnos en una civilización de Tipo 1.
Más información: Planetsolar →
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