De un tiempo a esta parte se ha empezado a conocer un poco mejor la figura de Zheng-He, un explorador al que se podría catalogar como el Colón chino, habida cuenta de la cantidad de viajes por mar que dirigió a países lejanos y poco explorados.
Un personaje histórico que en el siglo XV encabezó la llamada Flota del Tesoro, en la que el modelo de barco más destacado era el gigantesco baochuán.
Según las descripciones, ese tipo de embarcación medía 137 metros de eslora por 55 de manga, lo que no sólo la hacía triplicar el tamaño de las naos europeas de entonces sino que la convierte en la más grande jamás construida en madera. Bien es cierto que algunos estudiosos creen que las dimensiones se han exagerado.
Pero tratando de imaginarlos, tenían que ser impresionantes, con sus 9 mástiles. Aunque no todos eran así; también los había más pequeños, como los de 8 palos, llamados Barcos del Caballo porque sus bodegas estaban habilitadas para transportar caballerías, o los de 7 palos.
Parece ser que Zheng-He, natural de la provincia de Yunnnan, pertenecía a una casta minoritaria cuya principal característica era el profesar la religión musulmana, de ahí que su verdadero nombre fuera Ma Sambao. Capturado en una razzia de la dinastía Ming, fue castrado para servir como eunuco en el palacio del príncipe Yang (que más tarde sería el tercer emperador de la dinastía Ming).
Sin embargo, consiguió ser admitido en el ejército, donde fue progresando en el escalafón y participando en varias campañas que le proporcionaron gran experiencia militar. Fue en una de ellas donde se ganó el derecho de recibir un nombre chino.
El emperador Yongle (el Yang anterior), un megalómano que impulsó la erección de la Ciudad Prohibida, también había ordenado la construcción de una gran flota de dos centenares de barcos con la que desarrollar nuevas vías comerciales, dado el bloqueo con que Tamerlán sometía a China por tierra.
Puesto que el mandatario se dejaba aconsejar por sus eunucos, Zheng-He recibió el mando y protagonizó nada menos que siete expediciones entre 1405 y 1430, realizando una gran labor cartográfica, comercial y diplomática mientras tocaba puertos de lo que hoy son Sumatra, Sri Lanka, India, Vietnam, Singapur, Filipinas, Maldivas, Irán, Arabia, Somalia, Mozambique y Sudáfrica.
Hay quien cree que incluso se adelantó unos años a Colón en llegar a América -en este caso por la costa del Pacífico- hacia el año 1421, aunque por ahora no hay pruebas que lo demuestren, pues siempre navegó en dirección contraria.
Tras esta odisea, que hizo que aquellas naves fueran conocidas como la Flota del Tesoro, los mongoles lograron imponerse e incluso capturar al nuevo emperador Jungtong. Se culpó a los eunucos del desastre y, en consecuencia, fueron apartados de los círculos de poder.
Zheng-He murió con sesenta y dos años pero su memoria se mantuvo gracias al monumento que le levantó otro emperador, Xuande, al pie del monte Niushou.
Después, en 1985, se engrandeció la historia con el 550º aniversario de su muerte, que China celebró por todo lo alto haciéndole un mausoleo en Nanking.
También se hizo una réplica de un baochuán, aunque de tamaño medio, que se observa en la última foto.
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