La Reserva Natural Integral de Muniellos/Imagen: Gumerg en Wikimedia Commons

Ya estamos metidos de lleno en el otoño, que para muchos es la mejor época del año para visitar Asturias. ¿Por qué? Pues porque el color verde que predomina habitualmente en su paisaje se matiza y enriquece con múltiples tonos más por el cambio estacional de las hojas de los árboles. Y así, una excursión por el monte es como asistir a una sinfonía cromática, con el añadido del cielo y el mar.

Si hay algo de lo que no anda escasa el Principado es precisamente de eso, de paisaje: montañas, valles, costas, lagos, cuevas; todo ello clasificado en una Red Regional de Espacios Naturales Protegidos aderezados aquí y allá con la silueta inconfundible de los típicos hórreos, de alguna iglesia prerrománica o, remontándose más atrás cronológicamente, algún retorcido tejo o roble milenario e incluso rastros de icnitas de dinosaurio.

El rincón más conocido es el Parque Nacional de los Picos de Europa, el más antiguo de España y Reserva de la Biosfera, donde se intenta casi deseperadamente conseguir algo parecido a una convivencia entre nativos, lobos y turistas. El lugar se ha hecho famoso por los lagos de Covadonga, cuya imagen popularizaron a medias la televisión y la Vuelta Ciclista. También por la solitaria mole caliza del Picu Urriellu, más conocido fuera como el Naranjo de Bulnes. Sin embargo no es el pico más alto de la Cornisa Cantábrica, como vulgarmente se cree, pues el honor corresponde a Peña Santa, ya en Cantabria, siendo el techo asturiano Torre Cerredo con 2.500 metros.

Otro parque famoso es Somiedo, que no sólo comparte con el anterior la categoría de Reserva de la Biosfera sino también el hecho de acoger la última población de osos pardos de la Península Ibérica y una de las pocas de urogallos. En sus 283 kilómetros cuadrados hay igualmente alta montaña (Pico Cornón, 2.194 metros) y un conjunto de lagos (Saliencia), atesorando como elemento característico unas cabañas típicas de paredes de piedra y techo de paja denominadas teitos.

El Bosque de Muniellos, en el extremo suroeste de la región, es la 3ª Reserva de la Biosfera regional y el mejor ejemplo de la belleza multicromática que decíamos antes, plasmada en los colores de las copas de los árboles que cubren sus 55,4 kilómetros cuadrados. Es un sitio tan cuidado que sólo permite la visita de 20 personas al día y reservando con muchísima antelación. son rutas guiadas en las que, con suerte, se podrá ver algún oso o lobo.

Más parques en montes y bosques completan su nómina con otros lugares igualmente fascinantes, como las fuentes del Narcea (555 Km cuadrados), Redes (376), Las Ubiñas (452, con el pico más alto de la zona occidental), Ponga (205 Km), Cueto de Arbás (14 Km cuadrados compartidos con León), las sierra del Aramo, El Sueve y El Cuera (prácticamente asomadas al mar, del que las separan, en algunos puntos, sólo 15 kilómetros), etc.

De la costa hablaremos otro día.

  • Comparte este artículo:

Descubre más desde La Brújula Verde

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Something went wrong. Please refresh the page and/or try again.