Llega el otoño y con él la caída de las hojas de los árboles y su cambio de color. Los científicos han estudiado las razones que causan la caída de las hojas en otoño, todo un derroche de color no del todo bien analizado. Están bien estudiadas las moléculas que están detrás de los brillantes amarillos y naranjas, pero los refulgentes rojos todavía tienen un poco de misterio.

Las hojas dejan de producir la clorofila verde en respuesta a las frías temperaturas y las pocas horas de luz, y es por ello por lo que pueden capturar la luz del sol y transformarla en energía. Porque la clorofila es sensible al frío y aciertas condiciones meteorológicas como las heladas tempranas que anulan su producción.

Mientras tanto, los pigmentos naranjas y amarillo, llamados carotenoides, también encontrados en las zanahorias, refulgen en las hojas. Paul Schaberg, fisiólogo de plantas del U.S. Forest Service lo explica así:

El color amarillo ha estado ahí todo el verano pero no lo vemos hasta que el color verde empieza a decolorarse. En árboles como álamos y hayas ese es el cambio dominante de color.

Los científicos por su parte saben menos sobre los matices rojo radiantes que llenan los bosques de arces y fresnos en otoño. Este color rojo procede de las antocianinas que, a diferencia de los carotenoides, solo se produce en otoño. Ellos también dan el color a las fresas, manzanas rojas y ciruelos.

En un árbol esos pigmentos rojos actúan beneficiosamente como un filtro solar, pero bloqueando la radiación más perjudicial y protegiendo a las hojas del exceso de luz. También sirven como anticongelante, protegiendo las células de la congelación y son beneficiosos como antioxidantes.

Los árboles los producen en respuesta al estrés del entorno como el frío gélido, la radiación UV, la sequía y los hongos. Pero las hojas rojas son también una señal de trastorno. Si ves que las hojas de un árbol cambian al color rojo muy pronto, a finales de agosto, el árbol es posible que esté afectado por un hongo.

¿Por qué un árbol pone toda su energía en fabricar una nueva antocianina rubicunda justo cuando la hoja está a punto de caer? La gente ha especulado que tal vez es algo que ayuda a las hojas a tratar su estrés. Si fabricar éstas antocianinas ayuda a la hoja a permanecer en el árbol un poco más, esto podría ayudar al árbol a absorber algunos elementos naturales beneficiosos antes de la caída. Así, el árbol podrá usar esos recursos para su crecimiento en la siguiente estación.

Vía: Live Science

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