Mejores playas Asturias 2

Ni la playa es un modelo vacacional exclusivo del litoral mediterráneo ni la cornisa cantábrica limita sus atractivos turísticos a la montaña. De hecho, las playas del norte suelen ser más bonitas y mucho menos masificadas que las de Andalucía, Levante o Cataluña.

Algunas sí que son grandes y urbanas, atrayendo a mucha gente, como San Lorenzo (Gijón) o Salinas (Avilés). Pero otras, grandes o pequeñas, son bastante menos visitadas y, por tanto, más tranquilas. Unas constituyen grandes arenales de dunas, como Rodiles, mientras otras se pueden equiparar a las recoletas calas baleares.

Pero casi todas tienen, eso sí, el encanto especial que les confieren el clima menos tórrido, la marea cambiante, el frío de sus agitadas aguas, los roquedales calizos que parecen enmarcarlas y el verde de prados y árboles que alfombran los alrededores. Son recomendables incluso en invierno porque las playas mediterráneas resultan algo insulsas en esa estación mientras que las cantábricas, vacías, ofrecen un espléndido y salvaje paisaje con las olas rompiendo violentamente.

Asturias ofrece trescientos kilómetros de costa por los que se distribuyen más de doscientas playas diferentes: desde las occidentales, de suave pendiente y oleaje idóneo para el surf, a las orientales, ubicadas al pie de acantilados. Las que cito a continuación constituyen sólo una minúscula selección, siempre personal, discutible y limitada por el espacio disponible.

El Barco y Arnielles

Situadas ambas en el concejo de Coaña, la primera presenta doscientos metros de grava y arena con una pared rocosa detrás. La segunda, la mitad de grande, es de fina arena blanca salpicada de afloramientos pétreos; muy cerca está el castro de Mohías.

Navia y Frexulfe

La primera, en la capital del concejo homónimo, es de arena oscura. Frexulfe, también de arena gris, está declarada Monumento Natural por su vegetación dunar.

Otur y Cadavedo

En el concejo de Valdés, una tiene seiscientos metros de arena dorada rodeados de bosques, praderas y acantilados. La otra alterna arena con grava.

Playas del Silencio y la Concha de Artedo

La Playa del silencio, también llamada El Gavieiru, debe su nombre a que se trata de un rincón salvaje, virgen, de difícil acceso en coche. Por su parte, la Concha de Artedo compensa la incomodidad de sus cantos rodados con un encanto natural e incluso legendario (dicen que los submarinos alemanes fondeaban allí de noche para abastecerse durante la Segunda Guerra Mundial).

El Aguilar

Una de las playas asturianas más importantes y frecuentadas, ubicada en Muros de Nalón. Grande y de arena doradísima, está separada de otra, al del Xilo, por el yacimiento arqueológico medieval de El Castiello.

Los Quebrantos

Este paraíso de surfistas, un arenal grisáceo de ochocientos metros de longitud justo al lado de la desembocadura del río Nalón, el más grande de la región, se puede ver en Soto del Barco.

Playón de Bayas

En Castrillón, donde también está la citada playa de Salinas (más de dos kilómetros rematados por las dunas de El Espartal), se puede visitar el Playón de Bayas, cuyo nombre en aumentativo se refiere a su tamaño (tres kilómetros). También tiene un sistema dunar y el extremo oriental es nudista.

Pese al intento de sintetizar y limitar la lista, ésta resulta larga. Por tanto terminaremos de verla en el próximo post.

Foto 2: C.lingg en Wikimedia

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