Imagen: Zil en Wikimedia Commons

Evidentemente, quien haga una visita turística a Génova tendrá siempre presente que es la localidad de origen de Cristóbal Colón. Presuntamente al menos, dada la infinidad de teorías al respecto y a pesar de que allí lo dan por hecho hasta el punto de que incluso tienen una casa donde, dicen, vivió el Almirante. Sin embargo, quien visite el Porto Antico (Puerto Antiguo) no hallará ninguna nao o carabela que le recuerde sino un galeón, tipo de nave que apareció un siglo después.

En realidad se trata del Neptuno, una réplica construida entre 1984 y 1985 para Piratas, la película de Roman Polanski, en la que unos filibusteros son recogidos a bordo de este navío español. De hecho fue el decorado más caro construido hasta entonces (8 millones de dólares, para un film que fracasó estrepitosamente en taquilla). Lo hicieron en astilleros de Túnez sin pretensiones de realismo -la magia del cine, ya se sabe-, pues sus medidas son bastante mayores que las de sus homólogos de la época en que se desarrolla el argumento, 1680. Así, el barco tiene 63 metros de eslora por 16,80 de manga y 2,20 de calado, pesando 1.500 toneladas (en parte porque tiene un casco interior de acero y motores diésel de 400 CV) y alcanzando una velocidad de 5 nudos.

¿Nudos? Sí, porque aunque lo habitual son las visitas guiadas a bordo por unos 5 euros el Neptuno también hace ocasionales singladuras turísticas tocando puertos del Mediterráneo.

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2 respuestas a “Génova y los piratas del Neptuno”