El pasado mes de abril, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México realizaron un importante hallazgo en la Cueva del Tesoro, localizada en la comunidad de Rancho Quemado en el estado de Querétaro.

Al explorar la cavidad, que se encuentra a unos 200 metros dentro de la cueva, los especialistas detectaron la presencia de varias herramientas de madera de época prehispánica.

Entre los objetos recuperados se encontraba un átlatl o lanza de 51,5 centímetros de longitud, utilizada para impulsar dardos a distancia. También hallaron dos dardos fragmentados de 66 y 79 centímetrtos, que probablemente serían lanzados con el átlatl.

Otras piezas halladas fueron dos maderos modificados culturalmente de 135 y 172 centímetros, que pudieron usarse como palos para cavar o como herramientas multifuncionales.

Los análisis de datación por radiocarbono realizados a uno de los dardos arrojaron una antigüedad de entre los años 7 y 132 d.C. Esto demuestra que estas herramientas fueron utilizadas por grupos de cazadores-recolectores que habitaron esta región del semidesierto queretano hace aproximadamente dos mil años.

El buen estado de conservación de las piezas se debió a la sequedad del contexto en el que fueron encontradas dentro de la cueva. Su descubrimiento aporta nueva información sobre las sociedades que se desplazaron por esta área en busca de sustento hace miles de años.

En la actualidad, se conocen más de 260 sitios con arte rupestre en Querétaro y Guanajuato, que dan testimonio de las manifestaciones de estas antiguas culturas. Recientemente, los arqueólogos han descubierto casi una decena de nuevos yacimientos con escenas de caza.

Este valioso conjunto de herramientas prehispánicas será sometido a más análisis para determinar de qué especies de madera están hechas. Servirán también para ampliar el conocimiento sobre el modo de vida de los grupos cazadores-recolectores de la región, cuya presencia se remonta al menos 9000 años atrás.

El misterio sobre cómo llegaron estas piezas a la intrincada cueva aún permanece sin resolver. Se necesitarán futuras investigaciones arqueológicas en las inmediaciones para entender el contexto de este importante hallazgo y así seguir desentrañando parte de la historia de los primeros pobladores de Querétaro.


Fuentes

Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México


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