El concepto de EPI está muy presente dentro del ámbito laboral, ya que es ahí donde cobra toda su importancia. Los EPIS son, a fin de cuentas, la última barrera de defensa que tiene el trabajador en lo que respecta al riesgo laboral. Estos equipos resultan indispensables en muchos puestos de trabajo, y es por eso que, a continuación, vamos a explicar qué son y para qué sirven.

Qué es un EPI

Antes de nada, debemos saber que la palabra EPI está formada por las siglas de la expresión equipo de protección individual, lo que nos da una pista importante de su naturaleza. Se trata, pues, de cualquier material, dispositivo, prenda o medio de seguridad que un trabajador debe emplear durante el ejercicio de sus funciones para mantenerse lo más protegido posible de los riesgos que pueda haber en su trabajo.

Así, un trabajador debe emplear un EPI siempre que exista algún riesgo evidente para su salud o para su integridad física, especialmente cuando este no pueda ser evitado por otros medios. Como es lógico, no todos los equipos de protección individual son iguales. Los hay de naturaleza muy variada, y su uso dependerá del trabajo en cuestión que se vaya a realizar. Eso sí, resulta de vital importancia que cada EPI cumpla con los requisitos establecidos y que esté correctamente homologado.

Tipos de equipo de protección individual existentes

En la actualidad es posible encontrar equipos de protección que cubren todo el cuerpo, aunque también los hay más específicos. En realidad, se pueden clasificar en función del nivel de protección que el usuario va a necesitar:

  • Categoría 1: Son los adecuados para riesgos mínimos. Unos guantes de jardinero, por ejemplo, entra en esta categoría.
  • Categoría 2: En la segunda categoría se pueden incluir todos los calzados especiales para proteger al trabajador.
  • Categoría 3: Los equipos de esta categoría son los que están destinados a proteger de grandes riesgos o incluso de peligros mortales.

Así, es posible encontrar equipos de protección destinados a la cara o a los ojos, pero también para cubrir pies y piernas. Los hay específicos para amortiguar niveles de ruido lo bastante altos como para ser perjudiciales, y también para proteger la cabeza. Cascos, mascarillas, gafas de protección, fajas de seguridad o cinturones son algunos ejemplos de EPI, pero también lo son orejeras, botas de seguridad, guantes de trabajo y chalecos reflectantes. Su uso, al fin y al cabo, lo determinará la propia naturaleza del trabajo para el que sean requeridos.

Condiciones que debe reunir un EPI

Para que un equipo de protección individual sea funcional, debe cumplir una serie de requisitos. Ante todo, debe tratarse de un elemento adecuado a las condiciones que existan en el lugar de trabajo, lo que incluye factores ambientales de humedad o temperatura. Su volumen y su peso, además, han de ser lo más reducido que sea posible, ya que el equipo ha de resultar cómodo y no debe dificultar ninguna tarea que el trabajador deba realizar. Por último, el equipo tiene que ser ajustable y adaptable al cuerpo de cada usuario. Si cumple estos factores, y está homologado, el EPI será adecuado para su uso.

Los equipos de protección individual son un elemento vital para garantizar la seguridad del trabajador, por lo que se han convertido en una pieza indispensable en el panorama laboral. Conocer los diferentes tipos ayudará a determinar cuál es el más adecuado en cada caso. Por supuesto, también puede ser útil consultar la actualización de la guía técnica de EPIS. Después de todo, un correcto uso de los equipos de protección puede ahorrar más de un disgusto.


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