Habilitar carriles para bicicletas en el casco urbano está muy bien y es una ayuda indiscutible para fomentar ese tipo de transporte, contribuyendo de paso a reducir el índice de contaminación y la intensidad del tráfico. Ahora bien, a menudo las ciudades no lo tienen fácil para encontrar espacio suficiente para ello: acotar una parte de la calzada obliga a estrechar el paso para los coches o disminuir el tamaño de las aceras. A veces incluso se hace una pequeña trampa y se pinta una señal de permitido bicis en la misma calzada por la que circulan los automóviles. Y no es eso, claro.
¿Cuál podría ser la solución? Pues de la misma forma que se hacen pasos elevados para peatones o trenes, o incluso los típicos scalextric para el tráfico rodado, ¿por qué no aplicar un sistema similar a los vehículos a pedal?
Eso es lo que pensó el diseñador dominicano Richard Moreta Castillo, que a partir de ahí concibió una red de carriles bici que no discurre por el suelo sino elevada a 10 metros sobre éste. Se llama Bicimetro Eco Bahn y consiste en pistas concebidas para ciclistas con la particularidad de que están envueltas por una estructura de acero y vidrio que les protege de posibles caídas.
Estos túneles o tubos, que serían dobles (uno por sentido) y acristalados para disponer de iluminación y saber por qué zona se se está pedaleando, no sólo garantizan la salud del ciclista en lo tocante a caer sino también de los mil y un peligros a los que se tiene que enfrentar habitualmente; quienes usen la bici saben de lo que hablo: puertas de coches que se abren de pronto, vehículos que no respetan la distancia de seguridad e incluso los humos.
El Bicimetro Eco Bahn, además, estaría coronado por pequeños molinos de viento que generarían energía eólica, así como paneles fotovoltaicos para captar los rayos del sol y transformarlos en electricidad.
Descubre más desde La Brújula Verde
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.