Un científico alemán ha inventado una almohada que, conectada a un pequeño ordenador del tamaño de un libro, analiza los ronquidos y adapta su posición y tamaño para reducirlos.
Un científico alemán ha inventado una almohada que, conectada a un pequeño ordenador del tamaño de un libro, analiza los ronquidos y adapta su posición y tamaño para reducirlos.