Como aún está reciente la semana en que recordamos a los Fieles Difuntos podemos hablar de la tendencia del sector funerario a adaptar su menaje a costumbres más ecológicas. Hay que tener en cuenta que cada año fallecen billones de personas y muchas de ellas son enterradas en ataúdes hechos de materiales que pueden ser altamente contaminantes; sí, la madera predomina pero también los hay de zinc, por ejemplo, sin contar las piezas suplementarias. Así que no es de extrañar que desde hace tiempo hayan empezado a idearse alternativas. La más conocida en España es la que usa cáscaras de almendra pero empiezan a surgir más.
En Dinamarca le han dado una vuelta de tuerca al tema con la idea de un diseñador que ha ganado el premio FYN 2010 con el DanCof. Bendt Stov, el creador, le ha puesto DanCof a su obra porque es un acrónimo que junta las iniciales del nombre del país con las de la palabra coffin, féretro en inglés. Y es que el invento consiste en un nuevo tipo de sarcófago fabricado con pasta de papel reciclado. La pulpa se endurece los suficiente para soportar el contenido con la ventaja de que es íntegramente biodegradable a corto plazo. Pero hay otras: una de estas cajas pesa únicamente seis kilos frente a los veinte o treinta que suelen presentar las normales, sin contar el peso añadido del cadáver; aguanta el aguadurante el tiempo suficiente para llevar a cabo el funeral y enterramiento; no necesita cierres metálicos (usa solapas a presión); y se pueden transportar desde el lugar de fabricación (en la actualidad no es habitual el transporte de ataúdes).
El DanCof, como se puede deducir, es perfecto para la incineración y además también se presenta en forma de urna para cenizas. Este capítulo, el de la presentación, tiene su miga porque se ofrece la posibilidad de elegirlo en el color deseado, adaptarlo a la forma propia de cada país (en Escandinavia suelen ser rectangulares) y con los adornos adecuados para cada religión, creencia o ideología: se mencionan, de hecho, una cruz para los católicos, un ancla para marineros o incluso la hoz y el martillo para comunistas. Parece humor negro pero no lo es. O sí, teniendo en cuenta su lema promocional: The green way to Heaven (El camino verde hacia el Cielo). Nuestra propuesta: que los vendan en supermercados.
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