Fue en el siglo XVI cuando se aplicó por primera vez el término museum a una colección. Y desde entonces, este concepto se ha convertido en una realidad que evoluciona con el paso del tiempo. La palabra museo procede del griego mouseion, utilizado en Alejandría para designar a la institución fundada por Ptolomeo.

El mouseion comprendía un museo científico, salas de anatomía y una serie de instalaciones para realizar observaciones agronómicas. En el Imperio Romano, el museum se refería a una villa particular en la que se celebraban reuniones filosóficas que presidían las musas. 

Del mouseion griego a los museos actuales

Hoy en día se pueden encontrar todo tipo de museos. La facilidad actual para crear cualquier tipo de empresa, sea una sociedad de responsabilidad limitada, una sociedad anónima o una sociedad civil, etc., ha permitido su expansión a ámbitos de toda clase. De hecho, existen algunos ejemplos tan extravagantes como un museo del cabello en Turquía, o un museo de arte subacuático en México.

Pero hasta llegar ahí han ocurrido muchas cosas. La acepción moderna de este término surgió en el Bajo Renacimiento de la mano de Paolo Giovio, quien utilizó la palabra para describir sus colecciones personales, para las cuales construyó, cerca lago Como, un edificio al que denominó Museo.

A finales del siglo XVI se construyó el primer edificio destinado expresamente para exponer una de las mejores colecciones privadas de aquel momento: la ampliación del Palazzo de Giardino de Sabbioneta. En aquella galería se instalaron estatuas, bustos y bajo relieves. Hoy en día, la Real Academia define al museo como “edificio o lugar destinado al estudio de las ciencias humanas y las artes liberales”.

El Museo Giovioano se convirtió en un referente para la disposición de las colecciones privadas. Las galerías se pusieron de moda desde aquel momento, y el Palazio Uffizi se remodeló para transformar el piso alto en una gran galería en la que disponer las colecciones de los Médicis. El Antiquarium, otra de las galerías, fue encargada por parte de Alberto V de Baviera en su Palacio en Múnich.

La importancia de las galerías en los siglos XVII y XVIII

A lo largo de los siglos XVII y XVIII, las galerías estuvieron presentes en prácticamente todos los palacios, y en ellos se exponían sobre todo pinturas que sustituirían a las antigüedades anteriores. Grandes ejemplos de transformación de una colección principesca en un museo son los de Viena, Dresde y Düsseldorf.

Ya en el año 1727 nace otro término: Museographia, que fue el título de una obra redactada por Neckel en latín para garantizar su difusión por el Viejo Contintente. Fue un tratado teórico sobre ordenación, clasificación y conservación de colecciones con ciertas referencias también a la forma de las salas de exposición, la distribución de los objetos y la orientación de la luz.

Finalmente, cabe destacar que el coleccionismo y la Ilustración fueron elementos fundamentales en el origen de los museos. 


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