Un equipo de científicos chinos confirma que el fósil, de al menos 146.000 años de antigüedad, pertenece a este enigmático linaje humano.
Durante los últimos quince años, desde que se descubrieron los primeros restos de los denisovanos en la cueva de Denisova en Siberia, una pregunta ha obsesionado a paleoantropólogos y genetistas por igual: ¿cómo era físicamente este grupo de homínidos cuyos genes aún perduran en poblaciones actuales de Asia Oriental y Oceanía?
La escasez de fósiles —limitados hasta ahora a fragmentos óseos y dentales— había convertido esta incógnita en uno de los mayores desafíos para entender la compleja historia evolutiva humana.
Ahora un estudio liderado por la investigadora Qiaomiei Fu, del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología de la Academia China de Ciencias, y Qiang Ji, de la Universidad GEO de Hebei, ha logrado resolver parte de ese rompecabezas. Tras años de análisis el equipo ha confirmado que un cráneo casi completo que fue descubierto cerca de la ciudad de Harbin, en el noreste de China, pertenece inequívocamente al linaje denisovano.

Con una antigüedad mínima de 146.000 años, este fósil —bautizado como Homo longi— no solo es el ejemplar más completo atribuido a esta especie, sino que redefine su distribución geográfica y ofrece pistas sobre su morfología craneal.
Los resultados, publicados en las revistas Science y Cell, se sustentan en dos avances metodológicos clave, el desarrollo de un sistema de identificación automática de poblaciones humanas basado en proteínas antiguas —el más detallado hasta la fecha— y la extracción exitosa de ADN mitocondrial a partir del cálculo dental del cráneo, una técnica innovadora que podría revolucionar el estudio genético de homínidos del Pleistoceno Medio.
El cráneo de Harbin fue descubierto en 1933 pero solo ha sido estudiado en profundidad en la última década, generando controversia entre los expertos. Su morfología, con un mix de rasgos arcaicos y modernos, no encajaba del todo con los escasos restos denisovanos conocidos, como la falange y los dientes hallados en la cueva de Denisova.

Sin embargo, el nuevo estudio disipa las dudas, el análisis de 308.000 espectros de péptidos y más de 20.000 péptidos individuales reveló la presencia de 95 proteínas endógenas, incluyendo 122 polimorfismos de aminoácidos exclusivos de los homínidos. Entre ellos, tres variantes genéticas son exclusivas de los denisovanos, estableciendo un vínculo filogenético directo entre el individuo de Harbin y la muestra «Denisova 3» de Siberia.
A pesar de que el ADN antiguo suele degradarse con el tiempo, el equipo logró aislar material genético mitocondrial tras optimizar técnicas de extracción y construir múltiples bibliotecas de secuenciación. Los resultados mostraron que el individuo de Harbin pertenecía a un linaje temprano de denisovanos, distinto pero emparentado con los de Siberia. Esto sugiere que esta especie se expandió por gran parte de Asia durante el Pleistoceno Medio, desde las montañas del Altái hasta el noreste de China.
El estudio resuelve la controversia taxonómica del cráneo de Harbin y ofrece un modelo de referencia para identificar otros fósiles asiáticos potencialmente denisovanos, como los restos de Dali y Jinniushan, cuyas similitudes morfológicas habían sido señaladas previamente. Además, refuerza la hipótesis de que los denisovanos no eran un grupo homogéneo, sino que incluía diversas subpoblaciones con amplia distribución geográfica.
Para los autores, este avance marca un punto de inflexión: Por primera vez, podemos asociar un cráneo bien conservado con los denisovanos, lo que nos permite entender mejor su anatomía y su relación con otros homínidos, señala Qiaomiei Fu. El próximo paso será aplicar estas técnicas a otros fósiles fragmentarios de Asia, en busca de más piezas para reconstruir el complejo mosaico de la evolución humana.
FUENTES
Qiaomei Fu et al., The proteome of the late Middle Pleistocene Harbin individual. Science0, eadu9677. DOI:10.1126/science.adu9677
Qiaomei Fu et al., Denisovan mitochondrial DNA from dental calculus of the >146,000-year-old Harbin cranium. Cell (2025), DOI:10.1016/j.cell.2025.05.040
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