Las excavaciones previas al desarrollo de un polígono industrial en la localidad de Vaihingen an der Enz, en el suroeste de Alemania, encontraron un enorme yacimiento prehistórico en el que se han documentado más de 1100 estructuras y hallazgos, algunos datados hace 7000 años.

La intervención se realizó en un área de aproximadamente cuatro hectáreas entre la carretera B10 y la Stuttgarter Straße, y fue coordinada por el Oficina Estatal para la Conservación de Monumentos del Gobierno de Stuttgart, en colaboración con la empresa especializada ArcheoConnect GmbH.

El objetivo era rescatar posibles vestigios de valor patrimonial antes de que se iniciara la urbanización del nuevo parque empresarial en una zona donde ya se habían realizado anteriormente hallazgos de asentamientos neolíticos, tal y como explicó la arqueóloga Felicitas Schmitt.

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Hallazgo poco común: el pozo de arcilla y piedra se utilizaba para calentar la carne. Crédito: Landesamt für Denkmalpflege im RP Stuttgart

Desde 1987, la expansión urbana de Vaihingen ha ido revelando de forma intermitente restos de viviendas, tumbas y otros elementos que ahora se integran en una narración más completa sobre las primeras sociedades agrícolas de la región pertenecientes a la Cultura de la Cerámica de Bandas, consideradas las primeras comunidades sedentarias en el actual estado de Baden-Württemberg.

Las excavaciones encontraron el esqueleto de un varón enterrado en posición fetal junto a un hacha de piedra pulida que, a simple vista, podría pasar por una herramienta moderna si no fuera porque su cabeza de impacto no es metálica sino de piedra y tallada con destreza, lo que permite datarla en el final del Neolítico, entre el 2800 y el 2500 a.C. Se trata, en palabras de los investigadores, de un hallazgo excepcional que evidencia la antigüedad del asentamiento y sus vínculos con prácticas funerarias ritualizadas.

Este entierro contrasta con el inquietante hallazgo de dos esqueletos femeninos, uno perteneciente a una mujer adulta y otro a una niña, ambos datados en torno al año 400 a.C. durante la fase temprana de la cultura de La Tène. La niña yace sobre las piernas de la mujer, con las extremidades estiradas.

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«Enzi», el hombre de la Edad de Piedra: El hacha parece comprada en una tienda de bricolaje. Sin embargo, tiene unos 5000 años. Crédito: Sure / Stadt Vaihingen an der Enz

Según los arqueólogos los cuerpos no fueron enterrados según los usos rituales conocidos, sino más bien abandonados o arrojados en una fosa, lo que abre la puerta a diversas hipótesis sobre las circunstancias de su muerte. Aunque no se puede confirmar con certeza la causa del deceso, se baraja la posibilidad de que fallecieran por asfixia, quizá debido a gases generados por la descomposición de víveres almacenados en la misma cavidad.

Pese a este posible desenlace trágico, tanto la mujer como la niña llevaban adornos de notable factura: la menor lucía dos brazaletes de bronce y la mujer una cadena compuesta por cuentas de vidrio azul ensartadas en alambre de hierro. Estas piezas, más allá de su belleza, dan testimonio del conocimiento técnico que ya en la Antigüedad permitía fusionar minerales como el sílice, el cuarzo, el carbonato sódico y la cal para fabricar vidrio.

Junto con estos enterramientos se han identificado también los restos de al menos nueve tumbas adicionales, una fosa para cocción de alimentos —probablemente de época protohistórica, entre los siglos VIII y V a.C.— y varias estructuras correspondientes a casas largas típicas del Neolítico medio, algunas de ellas de hasta veinte metros de longitud. Todos los materiales recuperados han sido transferidos tras su documentación al archivo de hallazgos arqueológicos del estado de Baden-Württemberg, ubicado en Rastatt.

El director de excavación, Manuel Birker, subrayó que la concentración de evidencias en el Galgenfeld es alta y confirma que en esta zona de la ribera del río Enz ya existían asentamientos humanos desde hace siete milenios. La arqueóloga local Andrea Majer ha manifestado su interés en que parte de estos descubrimientos puedan exhibirse públicamente, quizás en el marco de la exposición prevista para la Gartenschau 2029, que coincidirá con el 1250 aniversario de la primera mención de Vaihingen.



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