Una excavación en la moderna Melun situada a unos 40 kilómetros al sureste de París descubrió vestigios de la antigua ciudad de Metlosedum, que estaba asentada estratégicamente en un meandro del Sena y que en época romana pertenecía a la civitas de los Senones, cuyo núcleo estaba en la actual Sens, un espacio crucial dentro de la red urbana y territorial de la Galia romana.

Durante el periodo romano Metlosedum se desarrolló a ambos lados del Sena, en una zona fértil entre las mesetas de Brie y del Gâtinais, y en un punto donde se cruzaban las rutas terrestres y las vías navegables. Aunque no fue capital administrativa la ciudad ocupaba una posición estratégica en el extremo noroeste del territorio de los Senones, lindando con otras civitates como la de los Meldes (entorno de Meaux), los Parisii (en la actual París) y los Carnutos (cuyas principales ciudades eran Chartres y Orléans). Entre el siglo I a.C. y el siglo III d.C. el desarrollo urbano se concentró principalmente en la isla Saint-Étienne y la margen izquierda del río.

La excavación se sitúa en el ángulo de dos importantes ejes de la ciudad antigua, una calle de dirección este-oeste, el decumanus, bajo la actual rue de Belle Ombre, y una vía norte-sur, el cardo, que coincide parcialmente con la rue de Dammarie. Además un segundo cardo pasaba por el oeste, aunque no se ha conservado en el trazado urbano moderno. Varios tramos de esta vía fueron identificados tanto en la actual campaña como en intervenciones previas, lo que confirmó su relevancia en la planificación urbana antigua.

Metlosedum senones galia domus
Vista de dron de las excavaciones en Metlosedum. Crédito: Hamid Azmoun / Inrap

Vestigios de una domus romana

Entre los hallazgos hay un gran edificio rectangular orientado norte-sur, con una superficie estimada de al menos 700 metros cuadrados, y situado al oeste del área investigada. Aunque la mayor parte de su estructura fue desmantelada ya en la Antigüedad, todavía subsisten algunos tramos de cimientos de piedra unidos con mortero de cal que permiten reconstruir parcialmente su planta.

Su longitud alcanza los 28 metros y parece haber estado organizado en torno a un amplio patio central que se abría hacia el cardo, lo que indica que se trataba de una domus, es decir, una residencia urbana de carácter señorial, semejante a otra descubierta en Melun en 2008, en la plaza Lucien-Auvert.

En su extremo noroeste los arqueólogos identificaron una impresionante cava subterránea conservada hasta una profundidad de 2,20 metros, con muros bien construidos y detalles como un respiradero, nichos en los muros y una escalera de tres tramos con dos descansillos. Entre los restos, hay un fragmento de columna lisa reutilizado como parte de la estructura, lo que indica tanto riqueza como adaptación arquitectónica.

Metlosedum senones galia domus
Se ha conservado un sótano de 2,20 m de profundidad, al que se accede por una escalera de doble cuarto de vuelta compuesta por tres tramos de peldaños y dos rellanos. En el primer rellano se encontró un pequeño tambor de columna lisa con una mortaja en su lecho de espera y otra en su lecho de colocación. Crédito: Hamid Azmoun / Inrap

A unos cuarenta metros hacia el este se descubrió un segundo conjunto edilicio de unos 600 metros cuadrados. Pese a los daños provocados por infraestructuras contemporáneas como tuberías y redes subterráneas, se han podido identificar elementos significativos como una sala excavada aún en proceso de estudio, un posible foco de combustión construido con tegulae (tejas planas romanas) y una conducción de agua en cerámica. La presencia de estos elementos podría indicar la existencia de una cocina o espacio doméstico en este sector.

Ambas áreas construidas están separadas por zonas abiertas que contienen diversas estructuras excavadas como fosas de almacenamiento, pequeños sótanos sin revestimiento, y hasta ocho pozos antiguos revestidos con piedra caliza sin labrar. Todo el conjunto compone un tejido urbano complejo, con una articulación de espacios residenciales y de servicio, aunque hasta ahora no se ha documentado ninguna actividad artesanal específica.

Dado el estado fragmentario de los restos, aún no es posible determinar si los dos sectores pertenecen a edificios distintos o si, por el contrario, formaban parte de un único conjunto residencial de gran envergadura, cuya extensión superaría los 2.000 metros cuadrados.

Junto a estos hallazgos de época romana la excavación sacó a la luz un conjunto de trincheras defensivas en zigzag excavadas durante la Segunda Guerra Mundial. Estas estructuras, habilitadas en el patio del colegio con fines de protección civil ante los bombardeos, fueron documentadas en parte, hallándose incluso un casco militar del tipo Adrian, modelo 1926.



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