Los arqueólogos que trabajan en la antigua ciudad de Cesarea en el actual Israel encontraron un sarcófago de mármol de época romana en el que se representa una escena extraordinaria: el duelo de bebida entre Dionisio, el dios del vino, y Hércules, el héroe mitológico. Se trata del primer hallazgo de este tipo en la zona y su descubrimiento redefine los límites conocidos de la antigua Cesarea.
La presentación oficial se realizará este jueves 12 de junio de 2025 en una conferencia dentro del marco del evento «El Banquete», organizado en el Museo Eretz Israel de Tel Aviv en colaboración con la Autoridad de Antigüedades de Israel, la Universidad de Tel Aviv y la Universidad Bar Ilán.
Parecía una escena de película, relatan Nohar Shahar y Shani Amit, arqueólogas de la Autoridad de Antigüedades, quienes dirigieron la excavación. Comenzamos a retirar la arena suave de la duna cuando, de repente, asomó un fragmento de mármol. Todo el equipo se congregó alrededor, expectante, y a medida que retirábamos más capas de arena, no dábamos crédito a lo que veíamos: figuras talladas de dioses, animales y árboles. Cada nuevo fragmento superaba al anterior en detalle y belleza. Pero el momento culminante llegó en la última hora de la excavación, cuando descubrimos un lateral completo del sarcófago, intacto, que mostraba a Hércules recostado sobre una piel de león, sosteniendo una copa en la mano.
Tras su extracción, el sarcófago fracturado fue trasladado a los talleres de conservación de la Autoridad de Antigüedades donde un equipo especializado integrado por los conservadores Solomon Gavriel, Ilya Armanovsky y Gadmo Vajpo, junto al arquitecto Ido Rosental se encargó de su restauración. El minucioso trabajo permitió reconstruir por completo las escenas talladas que muestran en el centro a Dionisio rodeado por un séquito de personajes mitológicos, como ménades, sátiros, Hermes, Pan, leones y tigres, en un ambiente de celebración y exaltación.
Es la primera vez que encontramos en nuestra región un sarcófago con esta escena concreta: la competición de bebida entre Dionisio y Hércules, explica Shahar. Aunque los cortejos en honor al dios del vino son un motivo recurrente en los sarcófagos de los siglos II y III d.C., este duelo en particular solo se conocía hasta ahora en mosaicos, como los de Zippori o Antioquía. Aquí, las figuras no solo están festejando; están acompañando al difunto en su último viaje, donde la bebida y la danza simbolizan la liberación y el tránsito hacia la otra vida. Este hallazgo nos ofrece una perspectiva única sobre cómo se concebía la muerte en el mundo romano: no como un final, sino como el comienzo de un nuevo camino.
Y, ¿quién ganó el duelo? El estado de Hércules, representado en el sarcófago como alguien incapaz de mantenerse en pie, deja claro el resultado, ganó Dionisio, responde Shahar con una sonrisa.
El descubrimiento tiene mayor relevancia por su ubicación. El sarcófago apareció en una zona fuera de los límites conocidos de Cesarea, detalla Shahar. Esto sugiere que el área urbana en aquella época era más extensa de lo que creíamos, y por tanto, más rica en vestigios arqueológicos.
Eli Escusido, director de la Autoridad de Antigüedades de Israel, subraya la importancia del hallazgo: Este sarcófago nos invita a reflexionar sobre cómo se entendían la vida, la muerte y la fe en el mundo romano. Actualmente, está siendo sometido a un proceso de conservación meticuloso para que, en el futuro, pueda ser exhibido al público. Forma parte de nuestro compromiso por hacer accesible el patrimonio histórico del país.
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