La antigua ciudad de Nínive, cuyas ruinas se encuentran en el lado oriental del río Tigris, dentro de la ciudad de Mosul en el norte de Irak, está considerada uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del norte de Mesopotamia. La ciudad fue la capital del imperio asirio a finales del siglo VIII a.C. bajo el reinado del rey Senaquerib.
Desde 2022, Aaron Schmitt y su equipo de la Universidad de Heidelberg han estado excavando el montículo de Kuyunjik en el sector central del Palacio Norte construido por el rey Asurbanipal. Las excavaciones forman parte del proyecto Heidelberg Nínive, iniciado en 2018 bajo la dirección del Prof. Dr. Stefan Maul del Departamento de Lenguas y Culturas del Cercano Oriente en la Universidad de Heidelberg.
Investigadores británicos exploraron por primera vez el Palacio Norte a finales del siglo XIX, donde descubrieron relieves de gran escala, que ahora se exhiben en el Museo Británico de Londres. Hace tres años, en 2022, arqueólogos de la Universidad de Pensilvania descubrieron los primeros grandes relieves en la ciudad en 75 años de excavaciones.

En el centro del relieve descubierto ahora por la Universidad de Heildelberg se muestra la figura del rey Asurbanipal, el último gran gobernante del imperio asirio. Está flanqueado por dos deidades supremas, los dioses Asur e Ishtar, la diosa patrona de Nínive.
Ambos son seguidos por un genio pez, que concede a los dioses y al soberano la salvación y la vida, así como por una figura auxiliar con los brazos levantados que probablemente deba ser interpretada como un hombre-escorpión.
Estas figuras sugieren que originalmente se montó un gran disco solar alado sobre el relieve, explica Aaron Schmitt. En los próximos meses, con base en los datos recolectados en el lugar, los investigadores estudiarán en detalle la representación así como el contexto del hallazgo y publicarán los resultados en una revista científica.

Según el Prof. Schmitt, el relieve se ubicaba originalmente en un nicho frente a la entrada principal de la sala del trono, es decir, el lugar más importante del palacio. Los investigadores de Heidelberg descubrieron los fragmentos del relieve en un hoyo lleno de tierra detrás de este nicho.
Probablemente fueron enterrados en el período helenístico, en el siglo III o II antes de Cristo. El hecho de que estos fragmentos estuvieran enterrados es sin duda una de las razones por las que los arqueólogos británicos no los encontraron hace más de cien años, supone el Prof. Schmitt.
Según lo acordado con la Junta Estatal Iraquí de Antigüedades y Patrimonio (SBAH), el plan a mediano plazo es colocar el relieve en su sitio original y abrirlo al público.
FUENTES
Descubre más desde La Brújula Verde
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.