Frente a iniciativas que proponen soluciones energéticas como el almacenamiento de carbono o la electrólisis impulsada por energías renovables, ambas todavía no competitivas a nivel comercial, una investigación de las Universidades de Oxford, Durham y Toronto, apunta a una solución inesperada: el hidrógeno natural que se ha acumulado en la corteza terrestre durante los últimos mil millones de años.
Según el estudio, esta fuente de energía podría satisfacer las necesidades energéticas de la humanidad durante al menos 170.000 años sin generar emisiones, y puede ser un elemento clave para alcanzar la neutralidad climática.
Actualmente el hidrógeno es fundamental en la producción de fertilizantes que sostienen la alimentación de la mitad de la población mundial, además de ser considerado un pilar en los planes de descarbonización. Sin embargo, su obtención todavía dependiendo en su mayor parte de hidrocarburos, un proceso que es el responsable del 2,4% de las emisiones globales de CO₂. Con una demanda que podría sextuplicarse para 2050 —pasando de 90 a 540 millones de toneladas anuales—, la urgencia por encontrar alternativas sostenibles es apremiante.

Hasta ahora, la falta de datos históricos y mediciones precisas limitaba el conocimiento sobre dónde se encuentran y cual es el volumen de estas reservas de hidrógeno. Para localizarlas, los investigadores utilizaron una estrategia de exploración basada en principios geológicos similar a la que se emplea en la búsqueda de helio.
Identificar acumulaciones viables requiere entender cuatro factores críticos: cómo se produce el hidrógeno, cómo migra a través de las rocas, qué condiciones permiten su concentración en yacimientos y qué procesos lo destruyen, explica el coautor Jon Gluyas, profesor de la Universidad de Durham.
Uno de los principales obstáculos para la extracción del hidrógeno del subsuelo es la actividad microbiana. Como detalla Barbara Sherwood Lollar, de la Universidad de Toronto, los microorganismos subterráneos consumen hidrógeno con rapidez, por lo que evitar su contacto con el gas es esencial para preservar depósitos económicamente explotables.

Teorías anteriores habían especulado con la existencia de hidrógeno procedente del manto terrestre, pero la nueva investigación descarta su viabilidad. Por el contrario, confirma que los sistemas completos para su formación y almacenamiento están presentes en entornos geológicos comunes, desde estructuras jóvenes (de unos pocos millones de años) hasta depósitos antiguos (con cientos de millones de años de antigüedad), distribuidos a nivel global.
Chris Ballentine, autor principal y profesor de Ciencias de la Tierra en Oxford, compara el hallazgo con cocinar un soufflé: si falla un solo ingrediente, tiempo o temperatura, el resultado es un fracaso. De igual manera, combinar los factores adecuados como los tipos de roca, la presencia de agua y la ausencia de agentes destructores, permitiría localizar reservas explotables. Una fórmula de exploración replicable abriría la puerta a una fuente de hidrógeno competitiva y baja en carbono, afirma.
El potencial del hidrógeno procedente del subsuelo es tal que los mismos investigadores responsables del estudio se han apresurado a fundar Snowfox Discovery Ltd., una empresa dedicada a la búsqueda de yacimientos de hidrógeno natural con impacto social. Si tienen éxito el sueño de un combustible limpio, abundante y libre de emisiones podría estar más cerca de lo que pensamos.
FUENTES
Ballentine, C.J., Karolytė, R., Cheng, A. et al. Natural hydrogen resource accumulation in the continental crust. Nat Rev Earth Environ 6, 342–356 (2025). doi.org/10.1038/s43017-025-00670-1
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