La misión arqueológica egipcia adscrita al Consejo Supremo de Antigüedades anuncio el descubrimiento de un conjunto de estructuras defensivas, barracones militares y un sistema de fosos que podrían indicar la presencia de una tercera fortaleza en el yacimiento de Tell Abu Seifi, al norte de la península del Sinaí.
Los hallazgos realizados durante la actual temporada de excavaciones se inscriben en el complejo entramado defensivo desplegado en la zona durante las épocas ptolemaica (332-30 a.C.) y romana (30 a.C.-395 d.C.), un periodo en el que la región funcionó como baluarte contra las incursiones procedentes de Oriente.
El ministro de Turismo y Antigüedades, Sherif Fathy, subrayó la relevancia histórica de un descubrimiento que permite reconstruir con mayor precisión el sistema de fortificaciones que protegía el flanco oriental del país. Tell Abu Seifi no fue solo un puesto militar, sino también un centro industrial clave a lo largo de diferentes periodos, afirmó.
Por su parte, el Dr. Mohamed Ismail Jaled, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, destacó que los trabajos están permitiendo trazar un mapa más detallado de las defensas egipcias en su frontera este. Según Jaled, los hallazgos confirman el papel histórico del Sinaí como «puerta de entrada y primer escudo» de Egipto.

Entre los elementos más destacados figura el diseño de las puertas orientales de las dos fortalezas ya conocidas en el yacimiento —una ptolemaica y otra romana—, cuyas estructuras reflejan un sofisticado enfoque defensivo. Junto a ellas, los arqueólogos localizaron un foso de más de dos metros de profundidad, situado en la entrada de la fortaleza ptolemaica, que habría formado parte de un mecanismo desmontable para frenar avances enemigos.
Mohamed Abdel Badie, jefe del Sector de Antigüedades Egipcias, detalló también el hallazgo de una calzada de 11 metros de ancho y más de 100 de largo pavimentada con losas de piedra caliza, que conectaba la puerta este de la fortaleza romana con el núcleo del asentamiento. Bajo esta vía aparecieron restos de un camino más antiguo datado en la era ptolemaica.
A ambos lados del tramo romano, se documentaron más de 500 hoyos circulares dispuestos en hilera, posiblemente usados para plantar árboles que ornamentaban el acceso al fuerte. Estos detalles no solo hablan de estrategia, sino también de cómo se humanizaban estos espacios castrenses, señaló Abdel Badie.
Las excavaciones también encontraron restos de las viviendas que alojaron a los soldados romanos durante los reinados de los emperadores Diocleciano y Maximiano (siglo III d.C.).

En las capas más tardías del yacimiento la misión descubrió cuatro grandes hornos empleados para producir cal viva, señal de que el sitio pudo reconvertirse en un centro industrial hacia el final del periodo romano. Esta actividad, según los expertos, provocó la destrucción de numerosas estructuras de piedra del periodo anterior.
¿Una tercera fortaleza?
El Dr. Hisham Hussein, director de la misión y de la Administración General de Antigüedades del Sinaí, avanzó un hallazgo prometedor: un foso cuyas características apuntan a la existencia de una tercera fortaleza, anterior a las ya documentadas. Hemos identificado los cuatro ángulos de esta estructura y trabajamos ahora para datarla con exactitud, explicó.
Además, se exhumaron varias edificaciones rectangulares adosadas, utilizadas como viviendas durante la época ptolemaica y reutilizadas a lo largo de generaciones.
El yacimiento, que hoy tiene el aspecto de un remoto paraje desértico, fue durante siglos un enclave vital en la geopolítica del antiguo Egipto. Con el cambio del curso del Nilo y la retirada de la línea costera, Tell Abu Seifi heredó el papel defensivo que antes desempeñaba Tell Hebua (la ciudad faraónica de Tharo), convirtiéndose en el nuevo centinela del este.
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