La fascinación por comprender el papel que la Vía Láctea pudo haber desempeñado en la cultura y religión del antiguo Egipto ha llevado al astrofísico Dr. Or Graur, profesor asociado de la Universidad de Portsmouth, a identificar lo que podría ser la primera representación visual conocida de nuestra galaxia en el arte egipcio. En su estudio, publicado en el Journal of Astronomical History and Heritage, sugiere que la diosa egipcia del cielo Nut podría estar vinculada a la Vía Láctea a través de un detalle iconográfico hasta ahora pasado por alto.
La diosa Nut, cuyo nombre se pronuncia «Noot», aparece con frecuencia en los textos y decoraciones funerarias egipcias como una mujer arqueada, desnuda y cubierta de estrellas, extendiéndose sobre la tierra para protegerla de las aguas del caos. Su cuerpo celeste simboliza la bóveda del cielo, y su papel en el ciclo solar es fundamental: cada noche, se traga al Sol al ponerse, para dar a luz de nuevo al amanecer.
Sin embargo, en el ataúd exterior de Nesitaudjatakhet, una cantora del dios Amón-Ra que vivió hace unos 3.000 años, Nut presenta una característica inusual: una curva negra y ondulante que atraviesa su cuerpo desde los pies hasta las manos, con estrellas distribuidas a ambos lados de esta línea.

El Dr. Graur, tras analizar 125 representaciones de Nut en un corpus de 555 sarcófagos, propone que esta línea podría ser una representación de la Vía Láctea, específicamente de la Gran Grieta, una franja oscura de polvo interestelar que divide el brillo difuso de nuestra galaxia.
Al comparar esta imagen con fotografías astronómicas modernas, la similitud es sorprendente, explicó el investigador. La forma ondulante coincide con la estructura que observamos en el cielo nocturno.
Este hallazgo no es el único ejemplo de su tipo. En cuatro tumbas del Valle de los Reyes, incluyendo la de Ramsés VI, aparecen figuras similares de Nut acompañadas por líneas doradas y sinuosas que emergen de su cabeza y se extienden a lo largo de su espalda.
Estas representaciones, ubicadas en los techos de las cámaras funerarias, dividen escenas del Libro del Día y el Libro de la Noche, textos funerarios que describen el viaje del Sol a través del inframundo.

No obstante, el Dr. Graur advierte que la conexión entre Nut y la Vía Láctea no implica que la diosa sea la galaxia, sino que esta última podría ser uno más de los fenómenos celestes que adornan su cuerpo como personificación del cielo.
La rareza de estas líneas ondulantes refuerza una conclusión a la que llegué en un estudio previo: aunque existe un vínculo entre Nut y la Vía Láctea, no son lo mismo, señaló.
En abril de 2024, el astrofísico publicó un análisis basado en textos antiguos —como los Textos de las Pirámides, los Textos de los Sarcófagos y el Libro de Nut— junto con simulaciones del cielo nocturno egipcio. Aquel trabajo proponía que, según la época del año, la Vía Láctea podía iluminar distintas partes del cuerpo de Nut: en invierno, sus brazos extendidos; en verano, su columna vertebral.
Sin embargo, el estudio de las imágenes ha añadido una capa de complejidad. Los textos apuntaban en una dirección, pero el arte funerario nos muestra otra perspectiva, admitió Graur.
FUENTES
Or Graur, The Ancient Egyptian Cosmological Vignette: First Visual Evidence of The Milky Way and Trends in Coffin Depictions of The Sky Goddess Nut. Journal of Astronomical History and Heritage (2025), doi.org/10.3724/SP.J.140-2807.2025.01.06
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