Una misión arqueológica egipcio-francesa ha realizado un conjunto de hallazgos de gran relevancia en el templo del Ramesseum (mandado construir por Ramsés II), situado en la orilla occidental de Luxor, Egipto. Los descubrimientos, fruto de una cooperación entre el Sector de Conservación y Documentación del Consejo Supremo de Antigüedades, el Centro Nacional Francés de Investigación y la Universidad de la Sorbona, han sacado a la luz nuevos elementos que permiten comprender en mayor profundidad la historia y función de este emblemático templo.
Entre los principales hallazgos destacan una serie de tumbas correspondientes al Tercer Período Intermedio, almacenes de aceite de oliva, miel y grasas, así como bodegas de vino. Asimismo, se han identificado talleres textiles y de trabajo en piedra, además de cocinas y panaderías. Estos elementos indican una actividad económica y administrativa mucho más compleja de la que se había documentado hasta ahora.
Uno de los descubrimientos más sobresalientes ha sido el de la denominada Casa de la Vida, una institución educativa adjunta al templo. Este hallazgo es excepcional por ofrecer no solo el diseño arquitectónico de este centro de enseñanza, sino también una colección de objetos arqueológicos relacionados con la actividad educativa, como restos de dibujos y juegos escolares. Se trata del primer indicio físico de la existencia de una escuela dentro del Ramesseum, también conocido como el Templo de los Millones de Años.

En el sector oriental del templo se hallaron construcciones que, según los arqueólogos, habrían funcionado como oficinas administrativas. Por su parte, los estudios realizados sobre los edificios y bodegas en la parte norte indican que allí se almacenaban aceite de oliva, miel y grasas. Se encontraron también etiquetas de jarras de vino en gran cantidad, lo que confirma el uso del espacio como bodega.
En la zona noreste del templo se descubrieron numerosas tumbas del Tercer Período Intermedio. Estas contienen cámaras funerarias, pozos de enterramiento con vasos canopos, objetos funerarios en buen estado de conservación, sarcófagos encajados unos dentro de otros y un total de 401 figurillas de ushabti talladas en cerámica. También se encontraron huesos humanos dispersos en la zona.
El Ministro de Turismo y Antigüedades, Sharif Fathi, elogió el esfuerzo de la misión por desvelar nuevos aspectos del papel religioso y social del Ramesseum en el antiguo Egipto. Por su parte, el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, Mohamed Ismail, subrayó la importancia de estos descubrimientos, ya que aportan información clave sobre la historia compleja del templo, fundado en época del Imperio Nuevo, durante el reinado de los ramésidas.

Ismail explicó que el templo no solo servía como lugar de culto, donde se realizaban rituales en honor al faraón incluso en vida, sino que también cumplía funciones administrativas y económicas. Las nuevas evidencias apuntan a la existencia de una jerarquía completa de funcionarios civiles que gestionaban la redistribución de productos almacenados o fabricados, lo cual beneficiaba a la comunidad local, incluidos los artesanos de Deir el-Medina bajo control de la autoridad real.
Los estudios confirman además que el sitio ya estaba ocupado antes de que Ramsés II construyera el templo, y que posteriormente fue reutilizado como una gran necrópolis sacerdotal tras sufrir saqueos. En épocas posteriores, durante los periodos ptolemaico y romano, fue aprovechado por los canteros.
El jefe de la misión por parte egipcia, Hisham El-Leithy, anunció la reexploración de la tumba de “Sehetep-ib-Re”, ubicada en el sector noroeste del templo. Esta tumba, originalmente descubierta en 1896 por el arqueólogo británico Quibell, data del Imperio Medio y conserva representaciones funerarias del propietario en sus paredes.

El equipo también ha concluido la restauración completa del sector sur del templo, desde la sala hipóstila hasta el santuario, incluyendo el primer patio. En este último, se reensamblaron las piezas del coloso de Tuya, madre de Ramsés II, y se colocaron en su ubicación original. Del mismo modo, se reconstruyeron y restauraron partes del coloso del propio Ramsés II.
Desde el lado francés de la misión, el arqueólogo Christian Leblanc detalló que también se llevaron a cabo trabajos de restauración en el palacio real adyacente al primer patio del templo. Gracias a estos trabajos se ha podido recuperar el trazado original del edificio, que constaba de una sala de recepción y una sala del trono. El rey utilizaba este espacio para realizar audiencias durante su estancia en el templo.
En la zona de la segunda puerta monumental se descubrió parte del dintel de granito, que representa a Ramsés II deificado ante el dios Amón-Ra, así como restos del friso decorativo que originalmente se apoyaba sobre una cornisa con figuras de monos.
La misión también despejó los caminos procesionales norte y sur, donde aparecieron varios hallazgos del Tercer Período Intermedio. Se identificó que esta parte del templo estaba flanqueada por estatuas de Anubis reclinado sobre pequeñas capillas. Muchas de estas esculturas han sido recuperadas y restauradas.
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