Un grupo de arqueólogos y científicos, liderado por la profesora Karen Hardy de la Universidad de Glasgow, ha descubierto evidencias de lo que podría ser una de las primeras poblaciones humanas conocidas en Escocia, herramientas de piedra encontradas en la isla de Skye que pertenecen al período conocido como Paleolítico Superior Tardío (LUP, por sus siglas en inglés), hace aproximadamente entre 11.500 y 11.000 años.
El hallazgo, publicado en The Journal of Quaternary Science, sitúa a la costa oeste de Escocia como la zona con mayor concentración de pruebas de estas primeras migraciones humanas, desafiando la idea de que los grupos de cazadores-recolectores no se aventuraban tan al norte en esa época.
Según la investigación, estos primeros pobladores pertenecían probablemente a la cultura Ahrensburgiense, originaria del norte de Europa. Tras el fin de la última gran glaciación (conocida como Dryas Reciente o Estadio de Loch Lomond), estos grupos nómadas cruzaron Doggerland, una vasta llanura ahora sumergida bajo el Mar del Norte, y se adentraron en lo que hoy es Gran Bretaña. Desde allí, continuaron hacia el norte hasta alcanzar las remotas tierras de Skye.

Una migración épica en un mundo cambiante
El viaje de estas personas pioneras, que abandonaron sus territorios en Europa continental para adentrarse en lo desconocido, es la historia de aventura definitiva, explica la profesora Hardy. Siguiendo probablemente manadas de animales, llegaron a Escocia en un momento de transformación geológica dramática: los glaciares se derretían, el nivel del mar fluctuaba y la tierra se elevaba tras liberarse del peso del hielo.
Uno de los ejemplos más visibles de este paisaje cambiante, mencionado en el estudio, son las Parallel Roads de Glen Roy, antiguas líneas costeras esculpidas por inundaciones catastróficas que estos primeros humanos habrían presenciado.
Una vez en Skye, estos grupos fabricaron herramientas con piedra local, seleccionando estratégicamente su asentamiento cerca de recursos costeros, fluviales y materiales como el ocre, altamente valorado en las culturas antiguas. El estudio también analiza estructuras circulares de piedra ubicadas bajo el actual nivel del mar, descubiertas por la profesora Hardy y el arqueólogo local Martin Wildgoose.

Aunque los sitios arqueológicos no son visitables, el paisaje que estos pioneros encontraron puede imaginarse en Sconser. Hace unos 11.000 años, con el nivel del mar más bajo, habría sido posible caminar hasta la isla de Raasay.
Un rompecabezas incompleto
El artículo señala que, aunque los hallazgos Ahrensburgienses en Escocia son escasos, su amplia distribución —desde las islas de Tiree y Orkney hasta Islay— sugiere una población mayor de lo que se creía, capaz de realizar travesías marítimas significativas. Sin embargo, todos los yacimientos del Paleolítico Superior Tardío en Escocia han sido descubiertos por casualidad, lo que limita el conocimiento sobre su forma de vida.
Recuperar pruebas de esta época en Escocia presenta desafíos sin igual en Europa continental, afirma el estudio. Aun así, Skye demuestra que los Ahrensburgienses llegaron al extremo noroeste de su expansión, adaptándose a un entorno fragmentado y volátil, muy distinto a las llanuras de las que provenían.
La investigación abre nuevas vías para buscar más evidencias, tanto en tierra como bajo el mar, de estos primeros pobladores que desafiaron el fin de la Edad de Hielo en su búsqueda de un nuevo hogar.
FUENTES
University of Glasgow Hardy, K., Barlow, N.L.M., Taylor, E., Bradley, S.L., McCarthy, J. and Rush, G. (2025), At the far end of everything: A likely Ahrensburgian presence in the far north of the Isle of Skye, Scotland. J. Quaternary Sci. doi.org/10.1002/jqs.3718
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