Por primera vez, una investigación arqueológica ha logrado documentar de forma concluyente la existencia de un brückenkopfkastell —un castillo romano auxiliar de vanguardia erigido en un punto estratégico de cruce fluvial— en suelo austríaco.

El hallazgo, realizado por un equipo conjunto del Instituto Arqueológico de la Academia Austríaca de Ciencias (ÖAW) y del Parque Arqueológico Carnuntum, aporta nuevas claves para comprender la función militar y logística que desempeñó la región baja de Austria durante el dominio romano, en particular en lo que respecta al control del Danubio y la vigilancia de la ruta comercial conocida como la Bernsteinstraße o “vía del ámbar”.

El descubrimiento tuvo lugar en el entorno de las llanuras aluviales del Danubio, concretamente en la Hainburger Au, un área próxima a la histórica ciudad romana de Carnuntum. Allí, en un lugar hasta ahora conocido como Ödes Schloss —literalmente, “castillo yermo”— los arqueólogos hallaron notables estructuras murarias en excelente estado de conservación, algunas de ellas con una altura superior a los 2,6 metros. Estas evidencias arquitectónicas confirman las sospechas que desde mediados del siglo XIX habían alimentado la hipótesis de que ese enclave había albergado una posición militar romana fortificada.

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Vista aérea de la ciudad romana de Carnuntum, donde hoy pueden visitarse edificios completamente reconstruidos y funcionales de la época romana. Crédito: Römerstadt Carnuntum

Tal como explica el arqueólogo Christian Gugl, responsable del grupo de investigación sobre provincias romanas de la ÖAW, ya en torno al año 1850 se había examinado el lugar debido a la presencia de muros visibles en superficie. Los sellos en ladrillos hallados en aquella época fueron interpretados como indicios de una instalación romana, aunque sólo ahora, gracias a métodos arqueológicos modernos, se ha podido certificar su naturaleza como castellum de control fluvial.

Este tipo de estructura tenía una función específica dentro del sistema defensivo romano: alzados habitualmente en la ribera opuesta de un río fronterizo, los brückenkopfkastelle estaban diseñados para proteger los puntos de paso y garantizar la supervisión de movimientos en el territorio adyacente. En el caso de Carnuntum, si bien no existen pruebas de la existencia de un puente fijo en la época romana, se sabe que en la zona operaron servicios de transbordadores hasta los siglos XVII y XVIII. Esto no resta relevancia a la fortificación descubierta, sino que más bien destaca su papel como núcleo logístico y punto de vigilancia en una frontera clave del Imperio.

La relevancia histórica del hallazgo ha sido destacada por distintas autoridades. La gobernadora de Baja Austria, Johanna Mikl-Leitner, subrayó el valor simbólico de esta nueva evidencia arqueológica, que no solo confirma el papel de Carnuntum como un nodo central en la red de comunicaciones del Imperio, sino que además ofrece una perspectiva enriquecida sobre la historia regional. Según sus palabras, entender la función que esta región desempeñó en el pasado permite tomar decisiones más informadas y sostenibles de cara al futuro.

Por su parte, el presidente de la ÖAW, Heinz Faßmann, valoró el descubrimiento como una nueva vía para acercar la historia antigua al gran público. Señaló que Carnuntum constituye un espacio emblemático donde la época romana no solo se estudia, sino que se experimenta a través de reconstrucciones arquitectónicas fieles y actividades pedagógicas de alto nivel.

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Impresión de la ciudad romana de Carnuntum, donde hoy pueden visitarse edificios romanos en pleno funcionamiento. Crédito: Römerstadt Carnuntum

Cabe mencionar que, hasta ahora, la única estructura de este tipo conocida en el entorno del Limes danubiano era el castellum de Iža-Leányvár, en la actual Eslovaquia. La incorporación del sitio austríaco a este contexto añade un capítulo significativo a la comprensión del sistema fronterizo romano, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2021.

El análisis de los materiales hallados —entre ellos monedas, fragmentos cerámicos, pequeños objetos de bronce y ladrillos con sellos de las legiones XIV y XV— ha permitido fechar la construcción del fuerte en dos fases distintas. La primera, en torno al año 170 d.C., durante el reinado de Marco Aurelio y en el contexto de las guerras contra los marcomanos; la segunda, hacia el 260 d.C., bajo el emperador Galieno, ya en una etapa de transformación y progresivo debilitamiento de la presencia romana en la zona.

Además del valor histórico y arquitectónico del descubrimiento, la investigación ha ofrecido una oportunidad para profundizar en el estudio de la evolución del cauce danubiano. Dado que los registros cartográficos previos al siglo XVI son escasos, los arqueólogos, en colaboración con especialistas de la Universidad de Recursos Naturales y Ciencias de la Vida (BOKU) y de la Universidad de Viena, han recogido muestras de sedimentos con el fin de reconstruir la dinámica fluvial y aportar datos al estudio del paisaje en el contexto del Antropoceno.

Las excavaciones, finalizadas en 2024 con el apoyo de los Bosques Federales y en coordinación con el Parque Nacional Donauauen, han respetado las exigencias legales en materia de conservación ambiental. No obstante, la fase de análisis científico sigue en curso, con la expectativa de que los resultados contribuyan de forma decisiva a redibujar el mapa histórico-militar del noreste austríaco en tiempos del Imperio romano.



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