En octubre de 2024, se completaron los trabajos de investigación arqueológica sistemática en la región de Chiliomodi, en Corinto, como parte del proyecto de exploración de la Antigua Tenea. Este año, por primera vez, se ha descubierto en la zona un monumento funerario de época helenística con características arquitectónicas similares a las de las tumbas macedónicas, un hallazgo de gran relevancia para la comprensión de las prácticas funerarias y cultuales de la antigüedad en esta región de Grecia.
El monumento funerario presenta una planta en forma de «T» asimétrica y se compone de dos secciones principales: un pasillo de acceso de 2,80 metros de longitud por 1,20 metros de ancho y una cámara funeraria principal de 2,75 metros por 7,40 metros. Esta última, de forma rectangular y con orientación norte-sur, está conectada perpendicularmente con el pasillo en su lado oriental.
La entrada al sepulcro se realiza a través de un pasillo relativamente estrecho, parcialmente cubierto, cuyo acceso estaba originalmente sellado con una losa rectangular. Se ha identificado que una parte del dintel de la entrada fue reutilizada de una estructura anterior.

Dentro de la cámara funeraria se encontraron un gran sarcófago monolítico y cinco nichos funerarios rectangulares dispuestos a lo largo de las paredes. Dos de estos nichos mostraban signos evidentes de haber sido saqueados en la antigüedad, mientras que los demás no conservaban sus cubiertas originales.
Únicamente el sarcófago contenía restos óseos humanos en posición anatómica, correspondientes a un adulto, presumiblemente una mujer, mientras que en los otros nichos los restos estaban desordenados. Un hallazgo peculiar en el sarcófago fue la presencia de una gran cantidad de huesos de animales domésticos, incluyendo un caparazón de tortuga, lo que sugiere la existencia de prácticas rituales vinculadas a la sanación o el culto funerario.
La importancia del descubrimiento se ve reforzada por la gran cantidad de objetos hallados en el interior del monumento y en sus inmediaciones, datados principalmente entre el período helenístico y la época romana.

Entre ellos destacan un anillo de oro con un sello de piedra semipreciosa representando a Apolo con una serpiente curativa, dos monedas de oro que replican los tipos monetarios helenísticos de Sición, una ofrenda votiva en forma de dedo de terracota, fragmentos de una corona de oro, pequeños vasos cerámicos de época helenística, un tetróbolo de plata de Filipo III Arrideo, instrumentos de hierro como estiletes y cuchillos, adornos de bronce, cuentas de vidrio y recipientes de perfume de diversas formas.
Las excavaciones en el exterior del monumento también revelaron importantes elementos arquitectónicos y estructuras asociadas a la necrópolis. Destaca un tramo de calzada empedrada que se extiende de norte a sur, así como un recinto de piedra de 6,50 metros por 4,10 metros. En los rellenos del recinto se recuperaron ofrendas votivas en forma de dedos de terracota con orificios de suspensión y fragmentos de un brazo de cerámica, lo que sugiere la existencia de un santuario vinculado a cultos curativos.
Además, se encontraron diversos elementos arquitectónicos dispersos en la zona, como un capitel, fragmentos de una barandilla y partes de un arquitrabe, que podrían haber pertenecido a una estructura visible en la antigüedad, como un pequeño templo funerario o monumentos conmemorativos de la necrópolis.

El programa de investigación de la Antigua Tenea, llevado a cabo por la Dirección de Antigüedades Prehistóricas y Clásicas del Ministerio de Cultura de Grecia bajo la supervisión de la Dra. E. Korka y la arqueóloga P. Evangeloglou, ha contado con un equipo multidisciplinario de expertos en numismática, antropología y fotogrametría. Durante la campaña de excavaciones, se aplicaron avanzadas técnicas de documentación en 3D y fotogrametría para el registro de estructuras, objetos y restos humanos.
Además de los trabajos en la necrópolis, la investigación se extendió a la zona habitacional de la antigua ciudad, donde se identificaron nuevas estructuras de los períodos romano y tardo-romano, vinculadas a la vida cotidiana y la producción artesanal.
Entre los hallazgos más notables se encuentra un horno rectangular en excelente estado de conservación, con una cámara de combustión subterránea y una cámara de cocción elevada. Su sistema de calefacción radial y su rejilla perforada indican que se trataba de un horno de cerámica altamente especializado.
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