En el corazón de la antigua Mesopotamia un grupo de investigadores ha logrado un hito arqueológico significativo: la identificación y cartografía de una vasta red de canales de irrigación en la región de Eridu, en el sur de Irak, la más meridional de todas las grandes ciudades mesopotámicas y, según la Lista Real Sumeria, la más antigua ciudad de la historia.
La investigación, realizada por un equipo multidisciplinario de arqueólogos y geólogos de diversas universidades e instituciones internacionales, confirma que la región de Eridu, ocupada desde el sexto hasta el primer milenio antes de Cristo, conserva una de las redes de irrigación más antiguas y mejor preservadas de Mesopotamia.
Históricamente, la Mesopotamia ha sido dependiente del río Eufrates y sus afluentes para la irrigación de cultivos. La capacidad de desviar el agua de estos ríos a través de canales fue esencial para la sostenibilidad de los asentamientos urbanos. Sin embargo, la mayoría de las estructuras de irrigación antiguas han sido sepultadas bajo sedimentación fluvial o reemplazadas por redes de períodos posteriores, lo que ha dificultado el estudio detallado de los primeros sistemas agrícolas.

A diferencia de otras zonas, la región de Eridu quedó deshabitada tras un cambio en el curso del Eufrates, lo que permitió que su paisaje arqueológico permaneciera relativamente intacto. Esta situación excepcional ha permitido a los investigadores identificar y mapear con precisión una compleja red de canales artificiales que preceden al primer milenio antes de Cristo.
Para este estudio, los arqueólogos utilizaron un enfoque interdisciplinario que combinó análisis geomorfológico, revisión de mapas históricos y tecnología de teledetección. Se emplearon imágenes satelitales de alta resolución, incluyendo imágenes del programa CORONA de la década de 1960, drones y fotografía terrestre para validar los hallazgos.
Uno de los métodos clave para diferenciar canales naturales de los artificiales fue el análisis de los patrones de flujo del agua, la topografía, la dirección de las corrientes y la presencia de estructuras de control hidráulico como diques y brechas naturales o artificiales en los diques de los ríos que permitían la distribución controlada del agua sobre la llanura aluvial.

Los resultados revelaron una red de irrigación altamente desarrollada, compuesta por más de 200 canales principales, algunos de hasta 9 km de longitud y de 2 a 5 metros de ancho, conectados directamente con el antiguo cauce del Eufrates. Además, se identificaron más de 4000 canales menores, de entre 10 y 200 metros de longitud, que servían para distribuir el agua a las parcelas agrícolas.
El equipo también documentó la existencia de alrededor de 700 granjas organizadas alrededor de estos canales secundarios. Estas granjas, que variaban en extensión entre 500 y 20,000 metros cuadrados, reflejan un sistema agrícola intensivo y bien estructurado, basado en la distribución equitativa del agua.
Un aspecto notable del hallazgo es que, a diferencia de otras regiones mesopotámicas donde el curso de los ríos cambió drásticamente a lo largo de los siglos, en la región de Eridu el Eufrates mantuvo una relativa estabilidad, lo que permitió que los canales principales conservaran su funcionalidad durante siglos.

El estudio confirma que la agricultura en Mesopotamia no solo dependía de la fertilidad natural del suelo, sino también de una planificación hidráulica sofisticada. La construcción y mantenimiento de estos canales requería un conocimiento avanzado de ingeniería hidráulica y una organización social que asegurara su funcionamiento.
Uno de los desafíos actuales es determinar con precisión la cronología de los diferentes segmentos de la red de irrigación. Para ello, los investigadores planean realizar excavaciones estratigráficas en puntos clave y analizar restos de sedimentos para fechar con mayor precisión el uso de los canales.
Además, se buscará comparar estos hallazgos con inscripciones cuneiformes de la época, con la esperanza de correlacionar los registros escritos con las evidencias físicas. Esta comparación podría arrojar nueva información sobre la administración del agua en los antiguos estados mesopotámicos.
FUENTES
Jotheri J, Rokan M, Al-Ghanim A, Rayne L, de Gruchy M, Alabdan R. Identifying the preserved network of irrigation canals in the Eridu region, southern Mesopotamia. Antiquity. Published online 2025:1-7. doi:10.15184/aqy.2025.19
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