El hallazgo de una necrópolis monumental en la calle Santa Croce, en pleno corazón de Trento (norte de Italia), ha abierto un nuevo capítulo en la investigación arqueológica de la región alpina. Este descubrimiento, de gran relevancia histórica y científica, plantea nuevas preguntas sobre las prácticas funerarias y las formas de autorrepresentación de las comunidades que habitaron esta zona en la primera Edad del Hierro. Su localización, un contexto urbano de gran importancia estratigráfica, y la rareza de hallazgos similares en el arco alpino convierten este yacimiento en una fuente invaluable de información para la arqueología.
La excavación está siendo dirigida por la doctora Elisabetta Mottes, del Ufficio Beni Archeologici de la Provincia Autónoma de Trento, mientras que las operaciones en el campo son coordinadas por los doctores Michele Bassetti y Ester Zanichelli de la Cora Società Archeologica di Trento.
El meticuloso trabajo de restauración de los objetos recuperados está a cargo de Susanna Fruet y la doctora Chiara Maggioni, quienes, a través de técnicas avanzadas de microscavado, han permitido la conservación y estudio de piezas frágiles como los vasos osuarios.

En los primeros siglos del primer milenio antes de nuestra era, el paisaje donde hoy se encuentra la ciudad de Trento era dominado por el cauce del torrente Fersina, caracterizado por una red de canales de flujo intermitente. En este entorno sujeto a inundaciones periódicas se estableció la necrópolis monumental, cuya ocupación se extiende entre los siglos IX y VI a.C.
La posición de la necrópolis, entre dos canales que podían activarse en caso de crecidas, ha favorecido la preservación del yacimiento arqueológico, permitiendo documentar con notable precisión las prácticas funerarias de esta comunidad.
La Edad del Hierro fue una época de intensas transformaciones en el Mediterráneo y en las regiones alpinas. Civilizaciones como la etrusca, la fenicia, la griega y la celta comenzaron a florecer y a interactuar a través del comercio y los intercambios culturales. Las comunidades alpinas no permanecieron ajenas a estos contactos, estableciendo vínculos significativos con las poblaciones de la llanura padana, los etruscos y los venecianos.

Según el superintendente Franco Marzatico, este yacimiento ofrece la posibilidad de estudiar la élite de una sociedad que, asentada en la conca de Trento, manifestaba su poder y prestigio mediante la deposición de objetos funerarios de gran valor simbólico.
Una de las particularidades más llamativas del yacimiento es la disposición de estelas funerarias de hasta 2,40 metros de altura, colocadas en líneas subparalelas con orientación norte-sur. Estas estelas servían como marcadores de tumbas principales, las cuales consistían en cámaras de piedra cubiertas por estructuras tumulares.
Con el tiempo, a su alrededor se desarrolló una densa concentración de sepulturas satélite. El material utilizado para estas estructuras proviene de la colina oriental de Trento, rica en calizas nodulares del periodo jurásico, mientras que la piedra caliza marnosa rosada de la Scaglia Rossa se empleó para las cámaras funerarias.

El análisis microestratigráfico ha permitido reconstruir la complejidad de los rituales funerarios. Se ha documentado la presencia de tierra de rogo, una acumulación de cenizas y restos óseos calcinados, dispuestos en recipientes de material perecedero y, con menor frecuencia, en vasos osuarios. En algunos casos, los restos estaban envueltos en tejidos sujetos con fibulas o alfileres, lo que sugiere un tratamiento ritualizado del cuerpo del difunto.
El estudio de los ajuares funerarios ha revelado la riqueza de estos conjuntos, que incluyen armas y objetos ornamentales con incrustaciones de ámbar y pasta vítrea, lo que indica la existencia de intercambios comerciales y contactos culturales con el mundo itálico. Los objetos encontrados no solo permiten reconstruir el estatus social de los individuos enterrados, sino que también aportan información sobre los vínculos y la movilidad de estas comunidades.
Dado el valor excepcional de este hallazgo, un equipo interdisciplinario compuesto por especialistas de diversas instituciones italianas e internacionales continuará el estudio del yacimiento. El análisis de los restos humanos y arqueobotánicos, así como el estudio detallado de los ajuares funerarios, permitirá arrojar luz sobre la organización social, los rituales y las creencias de esta comunidad de la Edad del Hierro.
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