Desde tiempos inmemoriales, los megalitos han fascinado a arqueólogos, historiadores y viajeros por igual. Estas enormes estructuras de piedra, erigidas por culturas prehistóricas, han desafiado el paso del tiempo y siguen despertando preguntas: ¿Cómo fueron construidos? ¿Qué propósito tenían? Y, sobre todo, ¿qué significado tenían para quienes los levantaron?
Existen muchos tipos de megalitos—dólmenes, menhires, cromlechs y alineamientos son los más conocidos—, pero ¿qué son cada uno de ellos y en qué se diferencian?.
El término megalito proviene del griego mega (grande) y lithos (piedra), y se usa para describir cualquier estructura prehistórica construida con grandes bloques de piedra sin el uso de mortero o cemento. Estas construcciones pueden encontrarse en prácticamente todos los continentes, aunque las concentraciones más importantes se hallan en Europa, Asia y algunas regiones de África.
Se estima que la mayoría de los megalitos fueron construidos entre el Neolítico y la Edad del Bronce (aproximadamente entre el 5000 a.C. y 1500 a.C.), aunque algunas dataciones sugieren que ciertas estructuras podrían ser aún más antiguas.
Menhires, las piedras solitarias
Los menhires son las formas más simples de megalitos: monolitos de piedra verticales, clavados en la tierra. Pueden encontrarse de manera aislada o formando alineamientos de cientos o incluso miles de piedras.
Son comunes en Europa Occidental (Francia, Reino Unido, España, Portugal e Irlanda) y algunas regiones de Asia y África.
Su propósito exacto es desconocido, pero se cree que podrían haber sido marcadores territoriales, símbolos religiosos o incluso instrumentos astronómicos alineados con eventos solares o lunares.

Un ejemplo de menhir es el Menhir Partido de Er Grah, situado a unos 12 kilómetros de Carnac en Locmariaquer (Francia). Se trata del monolito más alto de la prehistoria europea, que originalmente medía más de 20 metros y pesaba alrededor de 280 toneladas.
Dólmenes, las tumbas de piedra
Los dólmenes son estructuras funerarias compuestas por grandes losas de piedra dispuestas en forma de cámara sepulcral, generalmente cubiertas con tierra para formar un túmulo. Están formados por dos o más piedras verticales que sostienen una gran losa horizontal como techo.
Se encuentran en Europa, Asia y el norte de África, siendo la península de Corea donde más dólmenes hay en el mundo.
Se cree que eran tumbas colectivas utilizadas por comunidades neolíticas para enterrar a sus muertos con ofrendas y objetos de valor.

Uno de los más espectaculares es el Dolmen de Menga en el sur de España, cuya cámara funeraria mide casi 30 metros de largo y está alineada con el monte de La Peña de los Enamorados.
Cromlechs, misteriosos círculos de piedra
Los cromlechs son conjuntos de piedras colocadas en forma circular u ovalada, y suelen estar asociados con ceremonias rituales o astronómicas.
Existen en toda Europa, con una gran concentración en las Islas Británicas y la Bretaña francesa. Se cree que los cromlechs pudieron haber servido como observatorios astronómicos, templos religiosos o centros de reunión para ceremonias de importancia comunitaria.
Stonehenge en Inglaterra es probablemente el más famoso de todos los megalitos, con sus imponentes bloques de arenisca y sus precisos alineamientos astronómicos.

En la Península Ibérica el cromlech más grande se encuentra en Portugal, el Cromleque dos Almendres
Alineamientos, filas de piedra hacia el horizonte
Los alineamientos consisten en largas hileras de menhires que se extienden a lo largo de varios kilómetros. La mayor cantidad de ellos están en Europa Occidental, aunque también se han encontrado en África y Asia.
Se ha propuesto que los alineamientos podrían haber sido caminos ceremoniales, marcadores territoriales o estructuras relacionadas con el calendario astronómico.

Uno de los ejemplos más espectaculares es el de Carnac, en Francia, donde más de 3.000 piedras forman complejas alineaciones.
Otros tipos
Existen otros tipos de megalitos como las Taulas, exclusivas de la isla de Menorca, que se refieren al elemento central de un recinto que consiste en dos grandes piedras colocadas una encima de la otra formando una T.
Los Cairns o montículos de piedras, túmulos compuestos de pequeñas piedras en forma cónica que se encuentran sobre todo en montañas o cerca de cursos de agua. Un ejemplo más elaborado son los Inuksuit de los Inuit.
Y por último los Barcos de Piedra nórdicos, monumentos realizados mediante el alineamiento de bloques de piedra que forman la silueta de un barco de tamaño real.

El mayor de todos es el Ales Stenar en Suecia, formado por 59 piedras (que pesan entre 0,5 y 1,8 toneladas) colocadas de manera que forman la figura de una embarcación de 67 metros de longitud por unos 18,5 metros de ancho.
Uno de los mayores misterios de los megalitos es cómo lograron erigir estas estructuras con herramientas rudimentarias. Se han propuesto varias teorías que incluyen el uso de rampas y palancas para mover las piedras, rodillos de madera y trineos para transportarlas grandes distancias, y trabajo comunitario organizado en grandes grupos.
En sitios como Stonehenge, donde algunas piedras provienen de más de 200 km de distancia, la logística de transporte sigue siendo un enigma. Los avances en arqueología y tecnología continúan revelando nuevos datos sobre estas estructuras, pero aún queda mucho por descubrir.

Lo cierto es que, en cada menhir solitario, cada dolmen sepulcral y cada círculo de piedra, resuenan los ecos de un pasado que sigue cautivándonos. Los megalitos no solo son piedras; son testigos silenciosos de la historia humana, guardianes de secretos ancestrales que, poco a poco, seguimos desentrañando.
FUENTES
Luc Laporte, Jean-Marc Large, et al. eds., Megaliths of the World
João Caninas, Telmo Pereira, Paulo Félix, Isabel Gaspar, eds., Tumuli and Megaliths in Eurasia
Bettina Schulz Paulsson, Time and Stone: The Emergence and Development of Megaliths and Megalithic Societies in Europe
Wikipedia, Megalito
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