Un estudio reciente publicado en la revista iScience pone de manifiesto el papel fundamental de la isla de Isquia en la configuración de las interacciones culturales en el Mediterráneo occidental durante el siglo VIII a.C. Gracias a un análisis interdisciplinario que combina datos arqueológicos, antropológicos y biogeoquímicos, los investigadores han demostrado que esta isla volcánica albergó una comunidad diversa, compuesta por griegos, fenicios y poblaciones locales, que convivieron y contribuyeron al nacimiento de la Magna Grecia.

El equipo de investigadores analizó los restos humanos hallados en la necrópolis de Pitecusas (Pithekoussai), antiguo nombre de Isquia, utilizando el estudio de isótopos del estroncio en dientes y huesos. Esta metodología permite identificar el origen geográfico de los individuos, revelando la composición heterogénea de la población antigua. Los resultados confirman que la isla no solo recibió inmigrantes desde tiempos remotos, sino que también se convirtió en un centro de integración biocultural.

Carmen Esposito, investigadora de la Universidad de Bolonia y coautora del estudio, destaca que estos hallazgos refuerzan la imagen de un Mediterráneo caracterizado por una dinámica de movilidad e interacción constante. La investigación ha permitido reconstruir los desplazamientos de individuos y sus relaciones con otras comunidades con un nivel de detalle inédito.

Isquia isla magna grecia
Situación de la isla de Isquia. Crédito: NormanEinstein / Wikimedia Commons

Según Melania Gigante, docente en la Universidad de Padua y primera autora del estudio, los análisis de los restos de más de 50 individuos enterrados en Pitecusas han revelado la presencia de personas provenientes de distintas regiones del Mediterráneo. Esto demuestra que Isquia era un espacio de encuentro para griegos, fenicios e italicos, que no solo coexistían, sino que también influenciaban la formación de una identidad social compleja y multicultural.

Uno de los aspectos más llamativos del estudio es el papel que desempeñaron las mujeres en estos procesos migratorios. Tradicionalmente, se ha asumido que la movilidad en la época estaba dominada por comerciantes y colonos masculinos. Sin embargo, los datos revelan que también hubo un significativo desplazamiento de mujeres, lo que sugiere que la construcción de esta sociedad no dependió exclusivamente de los varones, sino que fue el resultado de una participación más equitativa en los intercambios culturales y comerciales.

Uno de los hallazgos más emblemáticos de la necrópolis de Pitecusas es la tumba que contenía la Copa de Néstor, un objeto con una de las inscripciones en alfabeto griego más antiguas conocidas. La leyenda grabada en la copa hace referencia al célebre cáliz del héroe homérico Néstor, lo que la convierte en un testimonio clave de la difusión de la escritura y la cultura griega en Occidente.

Isquia isla magna grecia
La Copa de Néstor en el museo de Isquia. Crédito: Marcus Cyron / Wikimedia Commons

Durante años, se ha debatido sobre la identidad del individuo enterrado junto a este preciado objeto. Investigaciones previas indicaban que la tumba contenía restos humanos y de animales, desmintiendo la hipótesis de que pertenecía a un niño cremado. Ahora, los análisis isotópicos han permitido determinar que al menos uno de los individuos en la tumba nació en la propia isla, lo que refuerza la idea de una comunidad que no solo recibía influencias externas, sino que también contaba con una base local estable.

Alessia Nava, antropóloga de la Universidad La Sapienza de Roma y coautora del estudio, subraya que estos hallazgos representan un avance significativo en el campo de la bioarqueología. La combinación de técnicas avanzadas ha permitido abrir nuevas perspectivas sobre la historia antigua, facilitando la comprensión de fenómenos migratorios y procesos de integración cultural hasta ahora desconocidos.

Esta investigación ofrece la primera evidencia directa basada en el análisis individualizado de los restos humanos que confirma las teorías histórico-arqueológicas sobre la colonización griega del siglo VIII a.C. La aplicación de un enfoque interdisciplinario permite revalorizar el papel de Isquia como un punto de interconexión entre civilizaciones y allana el camino para futuros estudios sobre la movilidad y la interculturalidad en la Antigüedad.

El estudio ha sido posible gracias a la colaboración de diversas instituciones académicas y culturales. Participaron en la investigación la Universidad de Bolonia, la Universidad de Padua, la Universidad de Modena y Reggio Emilia, el Museo de las Civilizaciones de Roma, el Ministerio de Cultura de Italia, la Universidad L’Orientale de Nápoles, la Universidad La Sapienza de Roma y la Goethe-Universität de Frankfurt.


FUENTES

Università di Bologna

Melania Gigante, Carmen Esposito, et al., Where Typhoeus lived: 87Sr/86Sr analysis of human remains in the first Greek site in the Western Mediterranean, Pithekoussai, Italy. iScience, vol.28, Issue 3, 111927March 21, 2025. DOI: 10.1016/j.isci.2025.111927


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