Hace aproximadamente 19.000 años, en plena era de cazadores-recolectores, una mujer falleció y fue sepultada en una cueva de Cantabria en el norte de España. Este yacimiento, conocido como la cueva de El Mirón, ha proporcionado una inestimable fuente de información sobre la presencia y actividad de poblaciones prehistóricas. Sin embargo, no fue hasta 1996 cuando los arqueólogos comenzaron a explorar la cueva de manera sistemática, hallando pruebas contundentes de la vida de estos antiguos grupos humanos.

En 2010, Lawrence Straus, profesor emérito de la Universidad de Nuevo México, junto con el investigador español David Cuenca Solana, descubrieron los restos de la mujer. El hallazgo fue producto de una intuición de Straus, quien decidió excavar detrás de un bloque grabado en la parte posterior del vasto vestíbulo de la cueva. En colaboración con su colega Manuel González Morales de la Universidad de Cantabria, quienes han dirigido las excavaciones en El Mirón durante más de veinticinco años, se logró recuperar parte de su esqueleto, incluyendo su mandíbula.

Se determinó que la mujer tenía entre 35 y 40 años al momento de su muerte. Lo más llamativo fue que sus huesos estaban cubiertos de ocre rojo, un pigmento compuesto de óxido de hierro con destellos de hematita especular. Este distintivo color le valió el apodo de «la Dama Roja de El Mirón«. Desde su hallazgo, esta figura prehistórica ha seguido proporcionando valiosa información a arqueólogos y bioantropólogos.

Dama Roja El Mirón
La entrada de la cueva de El Mirón en Cantabria. Crédito: University of New Mexico

El estudio del ADN antiguo se ha convertido en una herramienta esencial para reconstruir la vida y el linaje de los humanos prehistóricos. Hasta hace poco, la extracción de ADN dependía exclusivamente de restos óseos o dentales. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que también es posible obtener información genética a partir de sedimentos, lo que ha revolucionado la forma en que entendemos el pasado. Este novedoso enfoque, conocido como ADN sedimentario antiguo o «sedaDNA», ha permitido descubrir detalles sobre las poblaciones humanas y animales que habitaron la cueva antes de la Dama Roja.

Un artículo publicado en la revista Nature Communications, presenta estos hallazgos recientes. La investigación, liderada por Pere Gelabert y Victoria Oberreiter en el laboratorio del profesor Ron Pinhasi de la Universidad de Viena, contó con la colaboración de Straus y González Morales.

Hace tres años, Pinhasi contactó a Straus para proponerle aplicar esta nueva técnica en la cueva de El Mirón. Esta decisión estuvo influenciada por el éxito previo del premio Nobel Svante Pääbo en la extracción de ADN de la Dama Roja, así como por los logros de la profesora Christina Warinner en la recuperación de ADN de bacterias en el sarro dental de la misma.

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La losa tras la que se descubrieron los restos de la Dama Roja de El Mirón. Crédito: Universidad de Cantabria

El análisis del sedaDNA permitió identificar material genético humano y animal en los sedimentos de los niveles inferiores del yacimiento. Este descubrimiento confirma que no es necesario contar con restos óseos bien conservados para obtener información genética. De hecho, se halló evidencia de especies animales que no estaban representadas en los huesos recuperados en las excavaciones. Entre ellas se encontraban el lobo rojo asiático o dhole, el leopardo y la hiena, así como ungulados prehistóricos como el mamut lanudo, el rinoceronte lanudo y el reno.

Más allá de la fauna, el estudio reveló información crucial sobre las poblaciones humanas que antecedieron a la Dama Roja. Se identificó que los habitantes que fabricaron artefactos solutrenses durante el Máximo Glacial Tardío (hace entre 25.000 y 21.000 años) poseían un linaje genético conocido como «Fournol«. Este tipo de ascendencia, anteriormente detectado en huesos de yacimientos en Francia y España, indica que estos grupos humanos migraron hacia el sur durante la crisis climática de la época. Posteriormente, estos individuos contribuyeron a la composición genética de la Dama Roja junto con ancestros provenientes de los Balcanes a través del norte de Italia, identificados como la ascendencia «Villabruna«.

La capacidad de extraer ADN de los sedimentos representa un avance sin precedentes en la investigación arqueológica y paleogenética. Dado que los restos humanos con ADN bien conservado son escasos, esta metodología amplía significativamente las posibilidades de estudio sobre la vida en el pasado remoto. La excepcional conservación del ADN en El Mirón ha permitido establecer un linaje continuo desde hace más de 46.000 años, abarcando desde el periodo musteriense de los neandertales hasta el Magdaleniense Inicial, aproximadamente entre 21.000 y 20.000 años atrás.

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Excavaciones en la cueva de El Mirón, Cantabria. Crédito: Universidad de Cantabria

Según Straus, este descubrimiento representa un hito tanto metodológico como empírico, similar a los estudios previos sobre productos naturales con potencial terapéutico extraídos de bacterias en el sarro dental de la Dama Roja. Mientras tanto, las investigaciones en El Mirón continúan bajo la dirección de Straus, González Morales y, desde 2023, de Cuenca Solana e Igor Gutiérrez Zugasti de la Universidad de Cantabria. El próximo gran paso será la publicación de los nuevos resultados obtenidos por Gelabert y su equipo, que han logrado extraer ADN nuclear de los sedimentos de la cueva, un avance que promete revelar aún más detalles sobre los habitantes de la región durante el Pleistoceno.


FUENTES

University of New Mexico

Gelabert, P., Oberreiter, V., Straus, L.G. et al. A sedimentary ancient DNA perspective on human and carnivore persistence through the Late Pleistocene in El Mirón Cave, Spain. Nat Commun 16, 107 (2025). doi.org/10.1038/s41467-024-55740-7


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