La investigación arqueológica llevada a cabo en el yacimiento de La Peña del Castro, situado en el municipio de La Ercina, en la provincia de León, ha revelado un hallazgo de gran importancia para el estudio de la escritura en la Península Ibérica. Investigadores de la Universidad de León han identificado en este emplazamiento una inscripción perteneciente al alfabeto celtibérico, grabada en un pequeño objeto vinculado a las actividades textiles del asentamiento. Se trata de una fusayola, un contrapeso utilizado en los husos de hilado, que data del siglo I a. C.
Este hallazgo resulta significativo porque constituye uno de los primeros ejemplos de grafía alfabética documentados en la provincia de León y en el norte de la Península Ibérica (una de las características de las culturas de la Edad del Hierro en el norte de la Península Ibérica es la ausencia de escritura en momentos anteriores a la conquista romana).
Además, su ubicación dentro del asentamiento y las características del material en que está fabricado sugieren que fue elaborado en el propio yacimiento, lo que refuerza la hipótesis de que existía un grado de alfabetización dentro de esta comunidad.

El yacimiento de La Peña del Castro ha sido objeto de excavaciones arqueológicas desde el año 2013, desarrollándose diversas campañas hasta 2019 y continuando actualmente con el estudio detallado de los materiales recuperados. En la campaña de 2017, los arqueólogos localizaron un espacio interpretado como almacén, donde se hallaron diversos elementos que reflejan la actividad económica y la organización social del poblado. Entre estos hallazgos se encontraban un cesto con semillas, restos de carne curada de vacuno y varias herramientas, además del objeto inscrito, cuya relevancia ha sido puesta de manifiesto tras un análisis detallado.
El signo grabado en la fusayola podría interpretarse como una marca de propiedad, una práctica común en las sociedades de la época, especialmente en culturas vecinas como la vaccea, cuya influencia en el asentamiento es patente a partir del siglo II a.C. No obstante, la singularidad del hallazgo dentro del propio yacimiento sugiere también que podría haber tenido un valor simbólico o de prestigio, diferenciando a su propietario dentro de la jerarquía social de la comunidad.
El descubrimiento de esta inscripción se enmarca dentro de un proceso de transformación social que tuvo lugar en La Peña del Castro durante la Edad del Hierro. En esta época, se produjo un notable incremento de la población, una diferenciación social más acentuada y una complejidad económica creciente, caracterizada por la acumulación de excedentes agrarios y el incremento de los intercambios comerciales tanto con la meseta como con la montaña. La aparición de un signo alfabético en este contexto sugiere que ciertos sectores de la población poseían conocimientos de escritura y eran capaces de utilizarla con fines prácticos o simbólicos.

El material con el que se fabricó la fusayola es talco, un recurso que se encuentra en el entorno inmediato del yacimiento, lo que refuerza la idea de que el objeto fue producido localmente. Esto es un indicio de que la inscripción no es fruto de intercambios comerciales con otras regiones, sino de un conocimiento propio de la comunidad que habitaba en este enclave. Esta hipótesis abre la posibilidad de que, dentro del asentamiento, existiera una cierta tradición de escritura o al menos una exposición a ella a través del contacto con otras culturas.
Este estudio ha sido recientemente publicado en la revista Paleohispánica, una de las principales referencias en el ámbito de las lenguas y culturas de la Hispania Antigua. La investigación sobre este hallazgo no solo permite ampliar el conocimiento sobre la presencia de la escritura en el noroeste de la Península Ibérica, sino que también plantea nuevas preguntas sobre la dinámica cultural y social de las comunidades prerromanas en la región.
La inscripción en La Peña del Castro se suma a otros hallazgos epigráficos de la cultura celtibérica en la Península, permitiendo esbozar un panorama más detallado sobre la expansión y la utilización de la escritura en estas sociedades. Con cada nuevo descubrimiento, la historia de los pueblos prerromanos se vuelve más rica y compleja, desvelando aspectos hasta ahora desconocidos de su vida cotidiana, su organización social y su relación con otras culturas de la época.
FUENTES
Eduardo González Gómez de Agüero, Marcas incisas en una fusayola de La Peña del Castro (León): Un signo o un ejemplo de grafía en la zona cantábrica central al final de la Edad del Hierro. Palaeohispanica, vol.24 (2024). DOI: 10.36707/palaeohispanica.v24i1.636
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