El yacimiento arqueológico de Gasco, situado al sur del icónico Cañón Chaco en Nuevo México, ha revelado una fascinante red de carreteras ceremoniales paralelas que, lejos de ser simples infraestructuras funcionales, encarnan profundas conexiones rituales con la geografía y el cosmos.
Un reciente estudio liderado por Robert S. Weiner y otros investigadores, publicado en Antiquity, explora cómo estas estructuras monumentales se alinean con el amanecer del solsticio de invierno sobre el monte Taylor, un lugar sagrado para los pueblos indígenas de la región. El hallazgo resalta cómo las antiguas civilizaciones del suroeste de los Estados Unidos utilizaban el paisaje como un espacio ceremonial y político que integraba elementos naturales y cósmicos.
El Cañón Chaco, ocupado entre los años 850 y 1140 d.C., fue el epicentro de una compleja civilización conocida por su arquitectura monumental y una elaborada red de caminos. Más allá de la utilidad funcional, estas carreteras simbolizaban una “geografía sagrada”, estructurando prácticas rituales y reforzando la autoridad religiosa y política de las élites. En este contexto, el yacimiento de Gasco emerge como una pieza clave que demuestra cómo los antiguos pueblos utilizaron el espacio para conectar con el cosmos y consolidar su identidad cultural.

El yacimiento de Gasco se encuentra a unos 70 kilómetros al sur de Chaco, en el Valle de la Mesa Roja. Durante décadas, este lugar ha sido un enigma arqueológico, caracterizado por una gran estructura en forma de herradura (herradura Gasco) y carreteras ceremoniales. A través de tecnología LiDAR y levantamientos de campo recientes, los investigadores documentaron dos carreteras paralelas que se extienden hasta seis kilómetros, además de una segunda herradura previamente desconocida.
El diseño del sitio parece haber estado influido por características geográficas preexistentes, como fuentes de agua cercanas y la prominencia del monte Taylor en el horizonte. Estas estructuras no solo facilitaban la organización ritual, sino que también integraban aspectos simbólicos de dualismo, agua y astronomía, fundamentales para las creencias cosmológicas de los pueblos indígenas.
Un aspecto central del estudio es la alineación de las carreteras Gasco con el amanecer del solsticio de invierno sobre el monte Taylor, un monte venerado por los pueblos Pueblo, Navajo y otras culturas indígenas. En diciembre de 2022, los investigadores confirmaron esta alineación observando el dramático amanecer desde el sitio. Tal precisión astronómica sugiere que las carreteras no eran simples vías de transporte, sino corredores ceremoniales diseñados para rituales relacionados con la renovación cíclica del sol.

El solsticio de invierno, marcado por la noche más larga del año, simbolizaba el equilibrio entre opuestos como el día y la noche, el frío y el calor. La construcción de dos carreteras paralelas y sus respectivas herraduras podría haber representado este dualismo. Los investigadores sugieren que estas vías pudieron haber sido escenarios para carreras rituales, prácticas comunes entre los pueblos Pueblo, destinadas a revitalizar el “débil” sol invernal.
El agua, un recurso vital en el árido suroeste, también desempeñó un papel crucial en el simbolismo del yacimiento de Gasco. Las carreteras conectan visualmente y, posiblemente, físicamente, con manantiales cercanos, destacando su relación con lugares acuáticos sagrados. En muchas tradiciones Pueblo y Navajo, los manantiales y montañas como el monte Taylor son vistos como fuentes de vida y lugares habitados por seres ancestrales.
En el sitio se encontraron artefactos como cerámica pintada, piedras pulidas y una diminuta pieza de turquesa, todos ellos posiblemente ofrecidos como tributo a estas fuerzas naturales, lo que refuerza la idea de que el Sitio Gasco era un punto de convergencia entre el agua, el paisaje y el cielo, creando un entorno propicio para rituales comunitarios.

El estudio del yacimiento de Gasco también sitúa estos descubrimientos en un contexto global, comparándolos con otros complejos rituales como la avenida de Stonehenge en Gran Bretaña y la Acrópolis Esmeralda en Cahokia, Illinois. En todos estos casos, las comunidades antiguas monumentalizaron paisajes con alineaciones cósmicas y conexiones con fuentes de agua, mostrando patrones similares de interacción entre los elementos naturales y las estructuras humanas.
FUENTES
Weiner RS, Friedman RA, Stein JR. Parallel roads, solstice and sacred geography at the Gasco Site: a Chacoan ritual landscape. Antiquity. Published online 2025:1-17. doi:10.15184/aqy.2025.4
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