Un equipo internacional compuesto por investigadores de doce instituciones provenientes de diez países europeos ha alcanzado un hito sin precedentes en las ciencias climáticas. Este grupo ha logrado perforar el hielo antártico hasta alcanzar el lecho bajo el glaciar a 2800 metros de profundidad, recuperando un registro climático continuo que abarca al menos 1,2 millones de años. Este avance establece un nuevo récord en el estudio de núcleos de hielo, superando el registro de 800.000 años alcanzado previamente por el proyecto EPICA en 2004.

La perforación, llevada a cabo en noviembre de 2024 como parte de la cuarta campaña del proyecto Beyond EPICA – Oldest Ice, representa una ventana única al pasado climático de nuestro planeta. La capa de hielo recuperada preserva información detallada sobre las temperaturas atmosféricas y las concentraciones de gases de efecto invernadero durante más de un millón de años.

Este valioso registro permitirá a los científicos reconstruir con precisión la historia climática de la Tierra y estudiar eventos clave como la transición del Pleistoceno, ocurrida hace entre 900.000 y 1,2 millones de años. Durante este período, los ciclos glaciares aumentaron su amplitud y cambiaron su frecuencia de 41.000 años a 100.000 años, un fenómeno que podría estar relacionado con variaciones en las concentraciones de CO2.

Extracción hielo Antártida
Uno de los núcleos de hielo extraídos. Crédito: Beyond EPICA Project

Gracias a un avanzado sistema de análisis isotópico instalado en el lugar, liderado por Amaëlle Landais, del CNRS, los científicos pudieron identificar en tiempo real los ciclos glaciares e interglaciares durante el proceso de perforación, confirmando las dataciones preliminares. Estos núcleos de hielo, una vez transportados a Europa, serán sometidos a análisis más exhaustivos para obtener datos sobre la composición atmosférica y climática de la Tierra en el pasado distante. Además, las capas más profundas podrían contener información aún más antigua, aunque es probable que parte de sus registros hayan sido alterados por procesos geológicos.

El éxito del proyecto Beyond EPICA es resultado de una colaboración europea a gran escala. Coordinado por el CNRS y con el apoyo de la Unión Europea y diversas agencias nacionales, el proyecto reunió a expertos de múltiples disciplinas y países. En Francia, cuatro laboratorios del CNRS desempeñaron un papel crucial en el desarrollo de la misión, junto con el Instituto Polar Francés.

La ubicación remota del Petit Dôme C planteó enormes desafíos logísticos. La estación Concordia, gestionada por Francia e Italia, sirvió como base de operaciones, permitiendo el transporte de equipos y científicos mediante complejas redes de aviones, navíos y convoyes terrestres. Este esfuerzo logístico, renovado anualmente desde 2020, demuestra el compromiso de las naciones involucradas para avanzar en la exploración científica del continente más inhóspito del planeta.

El proyecto Beyond EPICA no solo ofrece respuestas a preguntas fundamentales sobre el pasado climático de la Tierra, sino que también establece las bases para futuros estudios. Los investigadores esperan descubrir información sobre el campo magnético terrestre, que experimentó varias inversiones durante el período estudiado, y extraer rocas subglaciares que podrían revelar cuándo el continente antártico estuvo libre de hielo por última vez.

Programado para concluir en 2026, este proyecto representa un logro técnico y científico de proporciones épicas. Más allá de su contribución al conocimiento climático, Beyond EPICA subraya el poder de la cooperación internacional y la innovación tecnológica en la búsqueda de respuestas sobre los orígenes y el futuro del planeta que habitamos.



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