En las ruinas de Shivta, un antiguo y pequeño pueblo bizantino situado en el árido desierto del Néguev, investigadores descubrieron una singular figura de bronce que representa a un niño sentado. Este hallazgo, aparentemente ordinario, cuenta una historia fascinante que abarca siglos y revela el intercambio cultural entre las épocas romana y bizantina.
Shivta, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2005, floreció entre los períodos romano, bizantino y hasta la temprana era islámica. Las excavaciones arqueológicas realizadas en el sitio han revelado estructuras domésticas, iglesias, calles y sistemas agrícolas avanzados que reflejan una comunidad próspera. Sin embargo, el descubrimiento de esta figura de bronce, datada entre los siglos II y III d.C., añade una dimensión intrigante a la comprensión de Shivta como cruce de caminos entre culturas y épocas.
El hallazgo fue realizado en 2016 en los restos de una vivienda cerca de la iglesia sur, un área identificada principalmente con la era bizantina. Curiosamente, no se han encontrado estructuras o cerámicas significativas de la época romana dentro del asentamiento, lo que plantea preguntas sobre cómo llegó este objeto hasta allí.
La estatua, de solo 3,2 centímetros de altura, representa a un niño desnudo con los brazos extendidos hacia adelante, como si pidiera ser levantado. Aunque su rostro regordete y su postura sugieren características comunes a las figuras infantiles de la época helenística y romana, carece de los atributos típicos de dioses infantiles como Harpócrates, Eros o Dionisio. Esto indica que podría haber formado parte de una composición más grande, quizás acompañado por la figura de una madre.
Los análisis tecnológicos realizados mediante espectroscopia de fluorescencia de rayos X revelaron que la estatua fue elaborada con cobre mezclado con plomo y estaño, siguiendo la técnica de cera perdida, común en la época. Estas aleaciones no solo facilitaban el moldeado del metal, sino que también sugieren un origen en un taller especializado, probablemente egipcio o del Mediterráneo oriental.
El contexto del hallazgo sugiere que esta estatua de origen romano no era un simple adorno. Los objetos antiguos como este a menudo adquirían un significado especial en épocas posteriores. Se plantea que pudo haber sido una herencia familiar, un objeto valioso transmitido de generación en generación, o un talismán, cargado de poder simbólico o apotropaico para proteger a su poseedor del mal o atraer buena fortuna.
La reutilización de artefactos romanos en contextos bizantinos no es un caso aislado. Otros hallazgos en Shivta, como una moneda romana reutilizada como colgante en el período bizantino, indican que los habitantes de la época valoraban los objetos antiguos por sus conexiones con el pasado y su potencial espiritual.
La estatuilla de Shivta es más que un objeto arqueológico; es un microcosmos de la historia, un artefacto que encapsula el viaje de una cultura a otra. En el mundo bizantino, profundamente influenciado por el cristianismo, la presencia de un objeto pagano como este subraya la persistencia de creencias populares y prácticas sincréticas que sobrevivieron a pesar de los cambios religiosos y culturales.
Además, la miniatura evoca una experiencia íntima. Su tamaño pequeño y diseño detallado invitan al tacto, estableciendo una conexión emocional entre el objeto y su propietario, quien probablemente la veía como un puente tangible hacia un tiempo pasado.
Aunque se han propuesto teorías sobre el origen y el uso de la figura, persisten las incógnitas. ¿Llegó a Shivta como parte del botín de algún comerciante o viajero? ¿Era realmente un amuleto o simplemente un objeto decorativo que sobrevivió al paso del tiempo? Y, sobre todo, ¿qué simbolizaba para quienes lo conservaron durante siglos?
La estatuilla puede haber sido traída desde alguno de los otros asentamientos del Néguev y readoptada en la Shivta bizantina como amuleto o pieza decorativa. Pudo ser una reliquia familiar, una antigüedad, o ambas cosas a la vez: una antigüedad percibida como una reliquia de tiempos pasados. Esta figurita de bronce probablemente tenía un significado especial para su dueño, que vivía en la Shivta bizantina, concluyen los investigadores.
FUENTES
Erlich, A., Asscher, Y., & Tepper, Y. (2024). A Roman Bronze Figurine of a Seated Infant from Shivta in the Negev. Palestine Exploration Quarterly, 1–16. doi.org/10.1080/00310328.2024.2439742
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