Arqueólogos del Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas (Inrap) han realizado un descubrimiento significativo en el norte de Francia, concretamente en la localidad de Vémars, en el departamento de Val-d’Oise. Se trata de dos sistemas de recintos circulares que datan de la Edad del Bronce, encontrados en una ladera del valle.
Estos recintos circulares, ubicados a aproximadamente treinta metros uno del otro, se encuentran en la parte alta de la vertiente occidental del valle. Su importancia radica no solo en su configuración geométrica, sino también en la ausencia de vestigios funerarios asociados, lo que plantea interrogantes sobre su función exacta.
Uno de los recintos consta de un foso circular único con un diámetro interno de aproximadamente 22 metros, una anchura de 1,20 metros y una profundidad de 1 metro. El segundo sistema es más complejo, compuesto por dos fosos circulares concéntricos: el más profundo, con un diámetro de 20 metros, y el externo, de 35 metros. El perfil en V del foso interno y su profundidad media de 1,20 metros contrastan con el externo, que apenas supera los 0,20 metros de profundidad.

Aunque no se han recuperado objetos muebles en el lugar, los investigadores planean llevar a cabo análisis de radiocarbono para determinar con mayor precisión la cronología de estas estructuras, tradicionalmente datadas en la Edad del Bronce. Además, estudios adicionales han detectado anomalías en los suelos, posiblemente causadas por las acumulaciones de tierra asociadas a los recintos, lo que podría ofrecer pistas sobre las técnicas de construcción utilizadas.
El hallazgo de estos recintos circulares se suma a un conjunto de estructuras similares que se han identificado en distintas partes de Francia desde 2015, como parte de un proyecto de cartografía nacional del Inrap. Estas estructuras, aunque comunes en ciertos contextos arqueológicos, siguen planteando dudas sobre su función: ¿eran utilizadas como espacios rituales, áreas de reunión comunitaria, o quizás lugares con funciones simbólicas o defensivas?
El de Vémars, lejos de ser un hallazgo aislado, se inserta en una región rica en historia y en vestigios arqueológicos que abarcan desde el Neolítico hasta la Edad del Hierro. La ocupación más antigua en el área está representada por fosas profundas con perfiles en forma de I o Y, que alcanzan una profundidad media de 1,50 metros y un ancho de 0,50 metros.

Estas estructuras se consideran características del Neolítico antiguo y la Edad del Bronce final en Francia, y su función precisa aún está en debate. Estudios arqueobotánicos y micromorfológicos están en curso para esclarecer su entorno natural y su relación con posibles actividades humanas.
Por otro lado, el sitio también incluye vestigios de la época de la cultura de La Tène (300-25 a.C.), que muestran una ocupación organizada en redes parcelarias adaptadas a la topografía del valle. Estas redes contenían tanto espacios habitacionales como áreas dedicadas a la agricultura y el pastoreo. Entre los hallazgos destacables de esta etapa se encuentran nueve silos, un pozo y restos relacionados con la actividad metalúrgica, como escorias y moldes de tierra, así como una inhumación y seis cremaciones.
Este hallazgo contribuye a un panorama más amplio de las transformaciones culturales y tecnológicas que marcaron la transición entre el Neolítico y la Edad del Hierro en el norte de la Galia. La investigación está siendo liderada por Gaëlle Bruley-Chabot, con el apoyo del Servicio Regional de Arqueología de la Drac Île-de-France y la SNCF Réseau, como parte del proyecto de desarrollo de la línea ferroviaria Roissy-Picardie/Triángulo LGV. Los resultados preliminares subrayan la importancia de los proyectos de arqueología preventiva para preservar y comprender el patrimonio cultural antes de la realización de obras de infraestructura.
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