Un reciente hallazgo arqueológico ha revelado que una antigua sociedad precolombina en la región amazónica logró desarrollar un sofisticado sistema de ingeniería agrícola que les permitió cultivar maíz de manera continua a lo largo del año. Este descubrimiento, realizado por un equipo de investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA-UAB) y el Departamento de Prehistoria de la Universitat Autònoma de Barcelona, en colaboración con diversas universidades del Reino Unido y Brasil, así como expertos bolivianos, desafía las teorías previas que descartaban la posibilidad de una agricultura intensiva de monocultivo en esta región tropical.

Según el estudio publicado en la prestigiosa revista Nature, la civilización prehispánica Casarabe, asentada en los Llanos de Moxos en Bolivia entre los años 500 y 1400 d.C., ideó e implementó un innovador sistema de gestión del paisaje. Este modelo de ingeniería agrícola incluía la construcción de extensos canales de drenaje y estanques agrícolas que permitieron transformar las inhóspitas sabanas tropicales inundadas en tierras fértiles altamente productivas.

Gracias a este sistema, se generaron las condiciones necesarias para el desarrollo de lo que los expertos han denominado la «Revolución Neolítica» en la Amazonía, entendida como el proceso de transición hacia una economía basada en la producción de cereales.

Ingeniería Casarabe
Ilustraciones de los estanques descritos en el artículo. Crédito: Julian Puig Guevara

El entorno en el que habitaban los Casarabe se caracterizaba por ser una llanura tropical baja, sujeta a intensas temporadas de lluvia que provocaban inundaciones, alternadas con periodos de sequía extrema. La investigación, liderada por el arqueólogo ambiental Umberto Lombardo, ha identificado una infraestructura agrícola sin precedentes en otras partes del mundo. Este sistema permitía drenar el exceso de agua de los campos durante la temporada de lluvias, evitando la anegación y mejorando la productividad agrícola. Paralelamente, la construcción de estanques agrícolas funcionaba como reservorios de agua, posibilitando el riego por inundación controlada y asegurando la continuidad del cultivo de maíz incluso durante los meses más secos.

La combinación de estos dos mecanismos de gestión del agua permitió a los Casarabe obtener al menos dos cosechas anuales de maíz, garantizando un suministro estable de alimentos a lo largo del año, lo que resultó esencial para el mantenimiento de una población relativamente numerosa. Lombardo destaca que esta estrategia agrícola intensiva no solo evidencia que el maíz era cultivado de forma sistemática, sino que probablemente constituía el alimento básico de la cultura Casarabe.

A diferencia de otros modelos tradicionales basados en la técnica de roza y quema para la creación de suelos fértiles, los Casarabe optaron por una estrategia más sostenible, conservando los bosques cercanos para la obtención de leña y plantas medicinales, al tiempo que aplicaban prácticas que maximizaban la eficiencia en el uso del agua y los nutrientes del suelo en las sabanas inundables.

Ingeniería Casarabe
Otra imagen de los estanques creados por los Casarabe. Crédito: Umberto Lombardo

Los resultados de esta investigación fueron obtenidos mediante un meticuloso trabajo de campo que combinó análisis microbotánicos, teledetección y arqueología ambiental. El estudio de 178 muestras de fitolitos y polen extraídas de los estanques agrícolas confirmó la presencia predominante de maíz en los campos, reafirmando su papel central en la dieta de esta sociedad precolombina. Los datos muestran la ausencia de otros cultivos, lo que subraya la importancia del monocultivo de maíz, puntualiza Lombardo.

Hasta ahora, se creía que la agricultura en la Amazonía precolombina se basaba exclusivamente en policultivos agroforestales y no en monocultivos a gran escala. Sin embargo, este hallazgo confirma que en los Llanos de Moxos existió un sistema agrícola basado en el cultivo intensivo de cereales, lo que supone un cambio significativo en la comprensión de las economías agrarias prehispánicas de la región. Según Lombardo, este avanzado modelo de ingeniería agrícola permitió convertir un entorno hostil en un sistema productivo que aseguraba la estabilidad alimentaria y sustentaba el crecimiento de la población.

El ingenio y la capacidad de adaptación de los Casarabe demuestran que es posible diseñar soluciones agrícolas sostenibles a largo plazo, incluso en entornos ecológicamente desafiantes. Su legado podría inspirar estrategias modernas de gestión del agua y del suelo que permitan enfrentar los retos del cambio climático y la seguridad alimentaria en la actualidad.


FUENTES

Universitat Autònoma de Barcelona

Lombardo, U., Hilbert, L., Bentley, M. et al. Maize monoculture supported pre-Columbian urbanism in southwestern Amazonia. Nature (2025). doi.org/10.1038/s41586-024-08473-y


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