Durante las obras de mejora del metanoducto Diramazione Nocera-Cava dei Tirreni, llevadas a cabo en los municipios de Nocera Superiore, Nocera Inferiore, Roccapiemonte y Castel San Giorgio (provincia de Salerno, Campania) en Italia, ha salido a la luz un impresionante legado arqueológico que abarca desde la Edad del Bronce hasta la tardía Antigüedad.
Los hallazgos, resultado de un meticuloso trabajo de investigación que se prolongó durante dos años, han sido posibles gracias a la colaboración entre la empresa SoGEArch srls, la Superintendencia Arqueológica de Salerno y Avellino, y las empresas SNAM, Comis Srl y CEM Srl.
Entre los descubrimientos más impactantes se encuentran huellas humanas y animales de la Edad del Bronce cerca del torrente Casarzano. Estas improntas, preservadas en depósitos piroclásticos de las erupciones del Somma-Vesubio, narran la dramática historia de los habitantes que huyeron aterrorizados por la violencia del volcán.

Además, las investigaciones revelaron la existencia de un antiguo asentamiento datado entre finales de la Edad del Bronce y principios de la Edad del Hierro (1200/1150-900 a.C.), caracterizado por viviendas de forma absidada.
De la época helenística (siglos III-II a.C.), se descubrió un santuario extraurbano cerca de Nuceria Alfaterna, en una importante vía de comunicación. Entre los objetos recuperados destacan cerámicas miniaturizadas que, posiblemente, se utilizaban como exvotos.
Durante la época romana, el área albergaba dos complejos monumentales, identificados como villas rústicas dedicadas a la producción agrícola. La identificación de surcos de arado en diferentes puntos del sitio evidencia una intensa actividad agrícola, base de la economía local.

Estas villas no solo funcionaban como centros de producción, sino también como parte integral de una extensa red de comercio regional.
Un aspecto destacado de las investigaciones es la reconstrucción de la red viaria que conectaba Nuceria con sus alrededores. Se han identificado más de 40 caminos, algunos simples de tierra compactada y otros más elaborados, con marcas de carros.
El paso de la época romana a la tardía Antigüedad queda plasmado en un conjunto de tumbas halladas en el área. Estas fosas, revestidas y cubiertas con losas de toba decoradas con grabados, contenían principalmente restos de niños acompañados por ajuares sencillos.

Asimismo, una villa rústica romana fue reutilizada como cementerio, demostrando la adaptación de las estructuras a nuevas funciones. Entre las tumbas destaca un monumental sepulcro con sarcófago, posiblemente de un individuo de alto rango, y una estructura subterránea adyacente que podría ser un martirium, lugar de culto dedicado a mártires cristianos.
En la tardía Antigüedad, el área fue habitada por comunidades que construyeron grandes cabañas que recuerdan a las viviendas protohistóricas. Este regreso a modelos habitacionales arcaicos, probablemente influido por cambios socioeconómicos, refleja la resiliencia y adaptabilidad de estas comunidades frente a las transformaciones históricas.
El conjunto de hallazgos demuestra la continuidad del uso del territorio a lo largo de milenios, desde las primeras huellas humanas hasta las adaptaciones de las sociedades en la tardía Antigüedad.
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