En la localidad de Licata (la antigüa Finziade griega), en Sicilia, los arqueólogos han descubierto una matriz de máscara que, según las primeras interpretaciones, podría representar a Medusa, la figura mitológica griega conocida por su mirada petrificante y su cabellera de serpientes. Este descubrimiento se realizó en el contexto de las excavaciones en la llamada “Casa 18”, un edificio que data de la época tardorrepublicana y que, en sus últimos años de uso, alrededor del inicio del siglo I a.C., fue probablemente convertido en un taller artesanal especializado en la producción de máscaras.
El hallazgo no es aislado, ya que en el mismo sitio se han identificado otros restos relacionados con esta actividad artesanal. Las evidencias sugieren que la fabricación de máscaras desempeñó un papel significativo en la economía local y en las expresiones culturales de la antigua Finziade, destacando el valor del simbolismo y la manufactura en la Sicilia romana.
La Casa 18, situada en el área arqueológica de Finziade, representa un ejemplo fascinante de cómo las estructuras residenciales podían adaptarse para usos comerciales o industriales en tiempos de cambio social y económico.

Originalmente concebida como una vivienda de la época tardorrepublicana, las transformaciones sufridas por esta construcción reflejan un proceso de adaptación que culminó en la creación de un espacio dedicado a la producción artesanal. Los arqueólogos han encontrado múltiples matrices de máscaras en el mismo contexto, lo que confirma la importancia de esta actividad en la región.
Entre las piezas más destacadas se encuentra la matriz que probablemente representa a Medusa, un icono cargado de significados simbólicos. En la mitología griega, Medusa era una de las tres Gorgonas y simbolizaba tanto el peligro como la protección. Su imagen era utilizada con frecuencia en objetos decorativos y arquitectónicos como amuleto para ahuyentar el mal.
Este descubrimiento forma parte del programa de investigación Finziade Project, una iniciativa llevada a cabo bajo la supervisión del Parco Archeologico della Valle dei Templi di Agrigento, dirigido por Roberto Sciarratta. El proyecto también cuenta con la colaboración del CNR-Ispc (Consejo Nacional de Investigación – Instituto de Ciencias del Patrimonio Cultural) de Catania.

Los arqueólogos responsables del programa, Alessio Toscano Raffa y Maria Concetta Parello, lideran los esfuerzos científicos para desentrañar los secretos de Finziade, mientras que Rosario Callea, del Parco della Valle dei Templi, coordina los aspectos logísticos. Esta colaboración interdisciplinaria ha permitido un enfoque integral que combina excavaciones arqueológicas, estudios históricos y análisis científicos avanzados.
El hallazgo de esta matriz de máscara ofrece pistas sobre los aspectos simbólicos y culturales de la región en la época romana. La producción de máscaras podría haber estado vinculada a contextos teatrales, rituales o decorativos, lo que subraya la intersección entre la vida cotidiana y las creencias espirituales en la antigüedad.
La Sicilia romana, situada en un punto estratégico del Mediterráneo, era un crisol de culturas donde se mezclaban influencias griegas, romanas y locales. Este tipo de hallazgos permite entender mejor cómo estas influencias se manifestaban en las actividades económicas y artísticas de la región.
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